El gobierno federal ha colocado en el centro de la disputa por la reforma eléctrica al autoabasto, una figura que data desde antes de la reforma de 2013. El presidente ha incluido en sus iniciativa de reforma la propuesta de cancelar todos los contratos de este tipo, una idea que ha arrastrado Manuel Bartlett, el director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y uno de los principales ideólogos del documento, desde que el panista Vicente Fox ocupaba la silla presidencial. El camino para eliminar la figura de autoabasto fue iniciado por Bartlett desde hace más de 20 años, cuando presentó una denuncia ante la Auditoría Superior de la Federación (ASF) que después se convertiría en el antecedente de dos controversias constitucionales para intentar frenar este esquema, pero que nunca recibieron el respaldo de la Corte. En la denuncia, el exsenador aseguraba que el suministro de energía por parte de los permisionarios de cogeneración y autoabastecimiento constituía un fraude a la Ley. La ASF realizó auditorías a la Comisión Reguladora de Energía (CRE) e indagó sobre la legalidad de los permisos. Pero la Corte decidió que la Auditoría no tenía la facultad de cuestionar estos esquemas. Y la denuncia y las controversias solo se quedaron en intentos. Ahora, su eliminación se ha puesto de nuevo sobre la mesa y la continuación de estos contratos, dicen los participantes del mercado consultados, se ha colocado como la moneda de cambio dentro de una negociación que se lleva a cabo entre los representantes del ejecutivo, el legislativo y la iniciativa privada.

 

Con información de EXP

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