Maestras y maestros: pilar de la educación
Por: Nuria González Elizalde, Directora general de Mexicanos Primero Sinaloa
X/Twitter: @Mexicanos1oSin @GlezNu
Se necesita mucho más que vocación para estar frente a grupo cada día. Se requiere convicción, empatía y una fuerza silenciosa que impulsa a seguir aun cuando las condiciones no siempre acompañan.
En Sinaloa, miles de maestras y maestros son el rostro visible de quienes propician el derecho a aprender. Son quienes reciben a niñas, niños y adolescentes con alegría, paciencia y compromiso, incluso cuando el aula no tiene ventilación, cuando escasean los materiales o cuando la comunidad enfrenta situaciones difíciles.
Estas escenas son parte de la realidad cotidiana de muchas escuelas. Pero también lo son la creatividad, la entrega y la determinación con la que las y los docentes sostienen sus comunidades escolares.
Hay quienes viajan horas para llegar a su escuela; quienes transforman espacios precarios en entornos cálidos y seguros; quienes no solo enseñan, sino también escuchan, contienen y orientan. El papel del magisterio es insustituible: son guía, acompañamiento y esperanza.
Y, sobre todo, son garantes de un derecho fundamental: el derecho de niñas, niños y adolescentes a estar en la escuela, a aprender lo quieren y necesitan, y a participar activamente en su comunidad educativa. Maestras y maestros que cumplen con ese rol cada día, a pesar de las adversidades, merecen algo más que reconocimiento simbólico: merecen respaldo institucional y social.
Según datos de la Secretaría de Educación Pública (SEP), 59,093 docentes forman parte del sistema educativo en Sinaloa durante el ciclo escolar 2024-2025. Es decir, más de 59 mil historias de compromiso cotidiano, de lucha silenciosa por mantener vivas las aulas, de acompañamiento a generaciones enteras. Más de 59 mil razones para hacer de su reconocimiento una política sostenida, no un gesto aislado.
Por eso, reconocer su labor no puede limitarse a discursos o actos conmemorativos. Implica garantizarles condiciones dignas para enseñar, oportunidades reales de formación continua, espacios para incidir en las decisiones educativas y entornos escolares seguros.
Además, la UNESCO ha destacado consistentemente la importancia de invertir en la formación y el desarrollo profesional de los docentes como una de las estrategias más costo-efectivas para mejorar los resultados educativos. Por ejemplo, en su Informe Mundial sobre el Personal Docente (publicado en 2025), se subraya la necesidad urgente de invertir en la formación y el desarrollo profesional de los docentes para abordar la escasez global de maestros y mejorar los resultados de aprendizaje.
Las buenas escuelas no se sostienen solas: se sostienen sobre el trabajo diario de quienes creen en la educación como camino de transformación. Hoy, más que nunca, necesitamos poner en el centro del debate público el fortalecimiento de la profesión docente como una política de justicia y de futuro.
Este Día del Maestro y la Maestra, honremos y reconozcamos a quienes, con su entrega cotidiana, son —hoy y siempre— el pilar que sostiene a Sinaloa. Y también a quienes nos acompañaron en el aprendizaje. En mi caso, desde aquí mi cariño a mis maestras: Alejandrina, Esperanza, Severa, Víctoria, Nereyda y Norma. Sus enseñanzas me acompañan hasta el día de hoy.
¿Qué maestra o maestro le dejó una huella que aún permanece? Hoy es un buen día para recordarlo.
#AprenderImporta