De cerca puede verse bien, pero a la larga no soluciona el problema. Eso es la militarización excesiva en Sinaloa, en particular en Culiacán, en donde los ciudadanos tienen que atravesar uno, dos, tres o hasta cuatro retenes al día para llegar de un punto a otro de la ciudad.

Y sin embargo, eso no ha contenido la violencia, si bien agosto terminó con menos homicidio que julio, la incidencia todavía está muy lejos de aquella que teníamos al inicio del sexenio de Rubén Rocha Moya, en que los niveles andaban en un promedio de menos de 50 homicidios al mes, últimamente superan los 200 casos.

Pero además de los homicidios también las desapariciones forzadas por particulares continúan de manera intensa, de acuerdo con colectivos como Sabuesos Guerreras suman cerca de 3 mil casos en este primer año de la guerra del Cártel de Sinaloa.

Aunque parece que a momentos la inseguridad se controla y que la presencia militar y policiaca instalan una tranquilidad artificial, surgen sucesos como el del Hospital Civil que dejó dos víctimas inocentes que se encontraban ahí esperando a sus familiares, además de varios heridos también que hacían guardia afuera del nosocomio.

El sábado 30 de agosto la irrupción de sicarios en el Hospital General y la Clínica Culiacán para rematar a jefes de sicarios del crimen organizado también sacudió la tranquilidad culichi, y así continuó la siguiente semana en Villa Juárez, con dos episodios de violencia, así como en el Campo El Díez y otros puntos de la capital.

A pesar de todo el aparato militar y de las estructuras policiacas, los delincuentes siguen robando la tranquilidad a la sociedad, aunque como dice el sociólogo Tomás Guevara, sin la presencia de las Fuerzas Armadas la ciudad y otras poblaciones serían todavía un caos peor de lo que se vive.

El refuerzo castrense claro que ha servido, pero no lo será todo. Y tampoco significará nada el tema de los polarizados, quizá solamente para molestar a los ciudadanos comunes que caen en esos retenes. Desde luego que las multas sí serán recaudatorias, el caso es que la sociedad no gana una con estos gobiernos.

Economía en picada

Y como el rubro económico va íntimamente ligado con la seguridad, también se ha resentido en la mayoría de los sectores productivos, como el agrícola, el de la industria de la construcción y los servicios, nada más en cuanto a la hotelería, en Culiacán el hospedaje está completamente desplomado, si no fuera por los policías federales que llegan quizá el sector estaría peor.

Nada más en la capital del estado, de acuerdo con los hoteleros, han cerrado 10 establecimientos, la mayoría moteles, debido a una evidente quiebra, y se han perdido por lo menos 100 millones de pesos entre lo que es la empresa y la generación de empleos.

El gobierno de Sinaloa sólo nos ofrece sus números alegres, pero la realidad es otra, de acuerdo con economistas serias como lo es Cristina Ibarra, presidenta del Colegio de Economistas de Sinaloa, se estima que este 2025 el Producto Interno Bruto del estado decrezca un 9 por ciento, sobre todo porque el 2024 cerró su último cuatrimestre con una caída del 3.5 por ciento.

Hay que ver estos números, porque parece ser que no se ven a raz de suelo, pero hay que echarse una vuelta por el Centro para ver el número de comercios cerrados y locales comerciales que dicen: Se renta.

Desaparecer en Mazatlán

Nadie sabe dónde están, desaparecieron sin dejar rastro, pero en casa hay familias destrozadas por esas ausencias.

Las desapariciones en el puerto siguen irrefrenables, y en las que se ven involucradas mujeres son más aterradoras. En muchos de los casos se trata de madres solteras, lo que las hace objeto de revictimización.

No sólo es la manera en que desaparecieron, también la respuesta institucional socava cada caso y lo manda al “archivo negro” del olvido.

Los reclamos de las madres buscadoras a las autoridades en las últimas semanas son un dolor que no conoce límites y exige contundentes respuestas para localizar con vida a sus hijas-hijos o padres.

El aumento en el número de desapariciones forzadas en el puerto va ligado con la pugna que estalló hace un año al interior del Cártel de Sinaloa, que se tradujo en el secuestro y entrega a Estados Unidos de Ismael Zambada García, alias “El Mayo”.

Las protestas por las y los desaparecidos no cesarán, al contrario, serán más exigentes, más ruidosas, más entrañables…

 

 

Con información de El Sol de Sinaloa

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