En el país se estima que más de 2 millones de personas padecen alguna enfermedad que afecta su visión y que alrededor del 80% de los casos de ceguera en el país, podrían prevenirse por lo que siempre el llamado es acudir al oftalmólogo para detectar a tiempo cualquier detalle dado que lo importante es detenerla progresión  y que vaya lo más lento posible y que el paciente en etapa de la vejez siga viendo, destacó Karla Gabriela Chávez Gutiérrez, oftalmóloga de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS).

 

“Los ojos son la ventana al cuerpo y gracias a una revisión oftalmológica de rutina, nosotros podemos diagnosticar enfermedades sistémicas que puedan ayudar al paciente a detenerla, a prevenirla y obviamente evitar complicaciones oculares. Ser mexicano desgraciadamente ya es un factor de riesgo para diabetes, la cual la retinopatía diabética es una de las principales causas de ceguera, e inclusive no solamente en México, sino a nivel mundial y si somos factor de riesgo ser mexicano pues con mayor razón hay que hacer un chequeo”, detalló.

 

La docente de la Licenciatura en Optometría y oftalmóloga del Centro de Investigación y Docencia en Ciencias de la Salud (CIDOCS) de la UAS, enfatizó que la catarata, el glaucoma y la retinopatía diabética están entre los principales retos de la salud visual en México.

 

“De hecho el glaucoma es una enfermedad hereditaria. Muchas veces creemos que el glaucoma es aumento de la presión intraocular nada más, pero en realidad es un daño al nervio óptico en el cual, si hay alguien en la familia con glaucoma, toda la familia se tiene que checar. No salta generaciones, entonces si nosotros la podemos diagnosticar a tiempo pudiéramos evitar que el paciente vaya perdiendo su visión desde muy temprana edad. Poderlo diagnosticar muy oportunamente”, dijo.

 

Así mismo la especialista universitaria manifestó que es urgente la necesidad de generar una conciencia de prevención entre la población para atenderse a tiempo, además de que se tenga un  conocimiento de las enfermedades oculares, así como de las acciones curativas y preventivas, mismas que inician desde el nacimiento, por lo que dijo por ejemplo que a los bebés recién nacidos se les debe realizar el tamiz ocular a los 28 días de haber nacido y, en el caso de las personas adultas, lo más recomendado de ir periódicamente al oftalmólogo es a partir de los 40 años.

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