“No disparen, mamá a bordo”: el rótulo que refleja el miedo de familias en Culiacán
Javier Castro
Culiacán, Sinaloa — La violencia en la capital sinaloense ha alcanzado niveles alarmantes. El miedo a ser víctima de un atentado o verse atrapado en el fuego cruzado ha llevado a ciudadanos a tomar medidas desesperadas. Esta semana, un video difundido en redes sociales se viralizó rápidamente: en él, se observa un vehículo Jeep circulando por las calles de Culiacán con rótulos pegados en las ventanas que dicen “No disparen. Mamá, dos niños y un bebé a bordo”.
La imagen ha conmocionado a la opinión pública y refleja el clima de incertidumbre y vulnerabilidad que se vive en la ciudad, en medio de una nueva oleada de violencia ligada a la disputa entre grupos del crimen organizado. No se trata de un caso aislado. En distintos sectores de la ciudad, automovilistas han comenzado a colocar mensajes similares en sus vehículos, en un intento desesperado por disuadir posibles ataques o confusiones.
Desde hace más de ocho meses, Sinaloa ha sido escenario de múltiples enfrentamientos armados, bloqueos y operativos militares, como parte de una creciente narco-guerra que ha dejado decenas de víctimas. Entre ellas, según organizaciones civiles, al menos una docena de niños y niñas menores de edad han muerto en fuego cruzado o por balas perdidas.
El video del Jeep con rótulos se ha convertido en un símbolo de la desesperanza ciudadana. Lejos de generar respuestas oficiales, ha evidenciado la falta de acciones efectivas por parte de las autoridades para contener la violencia y garantizar seguridad, especialmente a familias inocentes atrapadas en medio del conflicto.
El gobierno estatal ha prometido reforzar la presencia de fuerzas de seguridad en puntos clave de la capital, pero para muchos ciudadanos, esas promesas llegan tarde y no brindan garantías reales. Mientras tanto, la vida cotidiana en Culiacán se ve alterada por la tensión, la precaución extrema y el dolor de las pérdidas humanas.
La cruda realidad es que en Culiacán, hoy, una madre que sale a la calle con sus hijos debe gritar, no con palabras, sino con un letrero: “No disparen”.