‘No queremos que México se convierta en un basurero tecnológico’
Eugenio Grandío, destacado defensor de la movilidad eléctrica en México, habla sobre los aranceles, el panorama de los vehículos eléctricos en el país y la lucha por normas más estrictas sobre las emisiones
Alejandra Cuéllar
l gobierno mexicano anunció un plan para aumentar los aranceles de importación a países con los que no tiene un acuerdo de libre comercio que podrían alcanzar el 50%. Estos afectarían directamente a sectores desde el textil hasta el acero, así como a los automóviles de China y otros países asiáticos.
Marcelo Ebrard Casaubón, Secretario de Economía, afirmó que la medida busca proteger las industrias estratégicas de México. Los analistas sugieren que también responde a la presión de Estados Unidos para que México priorice a su vecino del norte. En julio, esta presión contribuyó a la cancelación de una fábrica mexicana propuesta para BYD, el gigante chino de vehículos eléctricos.
Con 52 mil millones de dólares en importaciones potencialmente afectadas, esta decisión podría redefinir el papel de México en el comercio global y la transición a los vehículos eléctricos.
Para analizar las implicaciones para la industria y los consumidores, conversamos con Eugenio Grandío, fundador de la Electro Movilidad Asociación (EMA) y ex estratega comercial de Tesla para Latinoamérica.
Grandío es ahora uno de los principales impulsores de la electrificación en México. La EMA trabaja para unir a los fabricantes de vehículos eléctricos (VE) y a las empresas de carga de baterías para impulsar el desarrollo del sector y para defender la creciente demanda de VE entre los consumidores mexicanos: tan solo en el primer semestre de 2025, las ventas de VE e híbridos enchufables en México aumentaron un 40%, alcanzando las 43.656 unidades, lo que elevó el inventario nacional a más de 150.000.
Esto demuestra la rapidez con la que se está acelerando la adopción, y los fabricantes de automóviles chinos están captando una cuota de mercado cada vez mayor.
Dialogue Earth: ¿Cómo afecta el anuncio de aranceles de la presidenta Sheinbaum a la electromovilidad en México?
Eugenio Grandío: La industria automotriz está experimentando una rápida transición hacia los vehículos eléctricos, liderada por países que llevan 10 o 15 años desarrollando estas tecnologías. Aranceles como estos podrían frenar la adopción de vehículos eléctricos. En todo el mundo, los gobiernos han promovido la adopción de vehículos eléctricos mediante incentivos. México ha introducido algunos, pero ha avanzado muy lentamente en comparación con otros. Ahora, con estas nuevas medidas, la transición se ralentizará aún más, justo cuando empezábamos a ver la entrada al mercado de vehículos eléctricos de menor precio.
Estos autos son una opción atractiva para los mexicanos, no solo por su precio más accesible, sino también porque cargar un vehículo eléctrico puede ahorrar hasta un 70% en comparación con llenar el tanque de gasolina. Además, muchas de las empresas que invierten en estas tecnologías se verán obligadas a subir sus precios para compensar.
¿Cómo percibe el panorama de la electromovilidad en México? El gobierno ha implementado algunos incentivos, como descuentos en las cuotas de peaje en la Ciudad de México y el Estado de México, la exención del impuesto federal a los autos nuevos y deducciones en el impuesto sobre la renta por la depreciación de los vehículos eléctricos. ¿Son suficientes?
Yo lo que veo es que en México se habla mucho de electromovilidad, hay mil planes e ideas, pero todo está muy fragmentado: cada quien jala agua para su propio molino. El gobierno ha dicho que quiere promover la electromovilidad, pero la realidad es que tiene muchas otras prioridades. Le encantan los planes, pero a la hora de la verdad hay poca regulación, pocos incentivos.
A diferencia de otros países, donde la demanda se infló con subsidios, en México la gente que compra un coche eléctrico lo hace porque realmente quiere
Paradójicamente eso también tiene un lado positivo: a diferencia de otros países, donde la demanda se infló con subsidios, en México la gente que compra un coche eléctrico lo hace porque realmente quiere uno. Eso me da tranquilidad: aquí la demanda es real, no forzada.
El gobierno ha dicho que sus apoyos se centrarán en el transporte público eléctrico. ¿Cómo ves esto?
En el discurso suena muy bien, porque todos deberíamos usar transporte público. Pero si miras las cifras, en México hay unos 800 mil camiones frente a 40 millones de vehículos. Aunque electrifiques todos los camiones, mejorarás la comodidad y habrá menos emisiones en el transporte público, pero no resuelves el problema ambiental de fondo.
Por eso digo: si el gobierno va a invertir en transporte público, perfecto. Pero al menos que pongan regulaciones que faciliten la adopción de coches eléctricos privados: que instalar cargadores no tarde siete meses, que una empresa que quiera hacer transición pueda hacerlo en mejores condiciones.
¿Y qué hay del papel de la industria automotriz en México?
La industria automotriz tiene muchísimo poder: representa el 6% del PIB, miles de empleos y plantas. Las marcas tradicionales han frenado la electrificación con el argumento de que México “no está listo”: que la electricidad es muy sucia, que no hay infraestructura, etc.
Pero eso es falso. Las marcas japonesas te dirán que no se puede, y ninguno ofrece coches eléctricos aquí. En cambio, los chinos sí los traen: en el mismo país, con la misma electricidad y la misma infraestructura. Y además a precios más competitivos.
¿Qué está pasando con la normativa mexicana sobre eficiencia de combustible y emisiones de CO2? ¿La NOM-163, la Norma Oficial Mexicana para la regulación de vehículos ligeros, también contribuye a promover los vehículos eléctricos?
México tiene la Norma de Eficiencia 163, pero es tan laxa que con vender unos cuantos eléctricos ya cumples. Por ejemplo: el coche eléctrico más vendido en México según el gobierno es el Nissan Kicks e-Power. Pero no es eléctrico: tiene cuatro cilindros y usa gasolina para funcionar. Aun así lo clasifican como eléctrico y recibe incentivos. Eso es absurdo.
Nota del editor: El Nissan Kicks e-Power cuenta con un sistema “híbrido con extensor de autonomía” que utiliza electricidad para aumentar la potencia de su motor, el cual necesita gasolina para funcionar y, por lo tanto, sigue emitiendo gases de efecto invernadero.
En México, mientras las reglas sean tan laxas, las marcas no van a traer su mejor tecnología. Van a seguir diciendo que ‘no estamos listos’ y trayendo híbridos disfrazados
Desde el punto de vista de políticas públicas, ¿qué medidas serían más efectivas?
Para mí, la pelea más importante es la norma de eficiencia. Hoy se permite que las marcas vendan pickups de ocho cilindros y compensen con unos cuantos eléctricos, porque cada eléctrico equivale a “créditos” que descuentan emisiones en la regulación. Así es como Tesla sobrevivió: no porque todos quisieran sus coches, sino porque otras marcas tuvieron que comprarle créditos.
En México, mientras esas reglas sean tan laxas, las marcas no van a traer su mejor tecnología. Van a seguir diciendo que “no estamos listos” y trayendo híbridos disfrazados, porque además aquí se les da más créditos que en otros países. Eso es regalarles el mercado.
¿Qué papel pueden tener la sociedad y las organizaciones civiles en este cambio?
Fundamental. Hoy la agenda está secuestrada por las marcas tradicionales. Ellos tienen el dinero, los contactos y la publicidad en medios. Y pocos se atreven a contradecirlos. Necesitamos más voces que cuestionen, que muestren con datos que la calidad del aire y la salud pública están en juego.
En otros países, la presión ciudadana ha sido clave. En México nos falta esa cultura asociativa. Aquí todo se reduce a la decisión individual de comprar un coche. Y cada coche eléctrico que entra al mercado representa años menos de contaminación en las ciudades.
¿Qué dirías que es lo más urgente en la transición energética hacia un transporte más limpio?
Que no nos conformemos con tecnologías menores como los híbridos. Que exijamos la mejor tecnología disponible, no la que nos quieran vender. Porque si no, México se queda como basurero tecnológico: nos mandan lo que no se vende en otros lados.
Y también que dejemos de creer el mito de que un eléctrico contamina más que un coche de gasolina en México. Eso lo difunden quienes tienen interés en frenar el cambio. Si no presionamos ahora, las marcas seguirán cómodas vendiendo lo viejo y diciendo que es lo mejor para nosotros.