Noroña encontró la horma de su zapato con ‘Alito’ Moreno
Héctor Calderón Hallal
Es totalmente reprochable la actitud del senador Gerardo Fernández
Noroña, de negarse a conceder permanentemente el uso de la voz al
también senador Alejandro ‘Alito’ Moreno Cárdenas del PRI, ayer por la
tarde durante la sesión plenaria.
Ni en los peores años de sistema de ‘partido hegemónico’ -como
denominan los morenistas hoy empoderados a la época de dominio pleno
del PRI- sucedía esto.
En comparación a este presidente de la Mesa Directiva del Senado
actual, un Enrique Olivares Santana, un Miguel González Avelar o hasta un
Nicolás Reynés Berezaluce, priistas químicamente puros, liberales, centro-
progresistas, eran auténticos caballeros en su trato con todos y cada uno
de los integrantes de ese cuerpo legislativo.
Nunca hubo una queja hacia ellos de parte de ningún senador -opositor o
priista- en el sentido de que violentaran la ética o la moral política del
Senado… y mucho menos su reglamentación orgánica como instancia de
autoridad.
Y de haberla habido, el propio sistema político, con sus mecanismos de
autocontrol o correctivos -que sí los tenía y los observaba- se encargaba
de sancionar en alguna medida al actor o autoridad que incurriese en esas
conductas.
Funcionaba, la ‘policía política’. El presidente de México recibía informes,
al igual que el secretario de Gobernación… para actuar en
consecuencia; pocas veces lo fue para ‘archivarse’ la información.
Pero esos definitivamente eran otros tiempos.
A diferencia del pasado, en que los políticos en cargos de autoridad, sabían
que debían conducirse con un mínimo necesario de apego a la ética y la
moral política, cuidando las formalidades … hoy al parecer a los
protagonistas del poder como Fernández Noroña, les “vale Wilson” actuar
con apego a la norma y a las reglas establecidas, pues no son sancionados
ni reprimidos.
Es incluso probable, que sean estimulados por sus superiores cada vez que
humillan a los actores políticos del PRI o del PAN.
Políticos de la 4 T encumbrados como Fernández Noroña, debiesen revisar
su conducta pública… y hasta concebir quizá de manera distinta su propio
concepto de mayorías y minorías.
Hoy día, en ninguna democracia del mundo, en ningún país del mundo
incluso, sea del tipo que fuere su sistema de autoridad… vamos, sea rico o
pobre, el Gobierno orienta sus políticas públicas bajo criterios
determinados por “las mayorías”. Esos tiempos ya pasaron.
Hoy se habla de primeras minorías, de segundas o terceras minorías,
según su nivel de población integrante… pero no hay “mayorías”.
Se atiende con criterios -lo más igualitario posibles- de equidad e
igualdad de todos los ciudadanos con respecto a la ley vigente en ese país
y desde luego, a la ideología que hoy está de moda en el sentido de que
cualquier nueva conquista colectiva de la ciudadanía o cualquier acceso a
lo que antes estaba limitado a la mayoría de la población, es hoy un
Derecho Humano.
Ya no hay “mayorías absolutas”, (aplastantes) ni en la actual Federación
Rusia, ni en China popular, ni en la República de Vietnam… solo quedan
residuos en América Latina, de esos “mandarinazgos
tropicales” absurdos, que no han sido capaces de evolucionar como en los
exitosos casos anteriormente mencionados en Europa y Asia.
Son los casos de Cuba, Venezuela, Nicaragua, por citar algunos, donde
existen auténticas ‘Dictaduras de las mayorías’ y que constituyen per se,
por definición propia, auténticas violaciones colectivas a los Derechos
Humanos de las personas.
Aunque hay ya un auténtico debate… una controversia en términos de
opinión pública sobre calificar como “Dictadura de las mayorías” a estos
regímenes latinoamericanos, o bien etiquetarlos como simples estados
fallidos en sus intentos de consolidar un “narcosocialismo” al interior de
sus territorios.
El caso de México no es muy desapegado a estos últimos; de ahí la
preocupación de muchos opinadores, observadores y actores políticos de
oposición en el sentido de no tomar ese rumbo tomado por Cuba,
Venezuela y Nicaragua.
Y el primer paso para oponer una resistencia a esas pretensiones del
actual gobierno morenista de la 4 t, encabezado por Claudia Sheinbaum,
es precisamente empezar por consolidar una oposición fuerte, congruente
con las necesidades que se tienen para oponer resistencia eficaz y digna a
las formas y al fondo de las políticas e impulsos legislativos de este
Gobierno Federal mexicano.
En el senado hay varios prospectos de liderazgo contundente, valiente,
capacitado, preparado, con vocación de servicio, con un lenguaje llano, con
patriotismo y en algunos casos, con rostros muy frescos,
novedosos: Ricardo Anaya, Luis Donaldo Colosio Riojas, Jorge Álvarez
Maynez, Manlio Fabio Beltrones (aunque ya no es precisamente un joven
ni un rostro nuevo) y Alejandro ‘Alito’ Moreno Cárdenas.
Este último es el actual dirigente nacional del PRI.
Es, desde ya, uno de los más destacados líderes de opinión al interior del
Senado.
Alejandro Moreno ha mostrado una actitud valiente, tenaz, digna de esa
gran mitad opositora que hay en este país actualmente y que está
inconforme por el rumbo que está tomando la administración federal y la
de la mayoría de los Estados gobernados por Morena; donde no se
reconoce la mínima falibilidad en las acciones de Gobierno. Donde se
niegan permanentemente a escuchar la voz de la minoría opositora.
Por eso el acto de rebeldía que mostró ‘Alito’ Moreno ayer junto al sitial del
presidente de la Mesa Directiva, Gerardo Fernández
Noroña, reprochándole de frente, personalmente y de tú a tú, el hecho de
que el líder del PRI estuvo solicitando la palabra durante todo el desarrollo
de la sesión plenaria… y le fue negado sistemáticamente ese derecho; es
digno del reconocimiento público de la sociedad mexicana y lo sitúa ya a
‘Alito’, como uno de los líderes arquetípicos de una oposición emergente
desde el Senado mexicano en estos momentos.
La oposición se está consolidando en cada uno de los partidos y ya
entendió también que necesita acelerar el paso, actuando con
determinación y firmeza, detectando a la vez e impulsando nuevos
liderazgos, que se sumen a los que hay actualmente.
Una oposición mexicana que empieza a distinguir el sentido de su lucha:
Evitar a toda costa la consolidación de una ‘Dictadura de las mayorías’ en
este país…. Por el contrario, pugnar por un país que antes que
todo, reconozca e incorpore a todas las formas de expresión minoritarias…
que nunca más las discrimine.
Una oposición que entiende que todas las sociedades del mundo, sin
excepción, están integradas de minorías, cual si fuesen piezas
indisociables de un rompecabezas, que estará incompleta cuando le falte
una sola de ellas, por pequeña e insignificante que sea.
Una oposición que propone, que nunca más un país que deje al margen del
progreso y de las decisiones políticas a los opositores al gobierno en turno.
Y así como lo ha repetido ‘Alito’ Moreno -recio y quedito-, se necesita una
oposición que empiece por “llamarles a las cosas por su nombre” y por
asumir con valor la responsabilidad histórica que se tiene frente a lo que
está “mal parado”.
Ayer Moreno Cárdenas fue más que claro, insisto; siendo el parlamento, el
método donde se discute en la Cámara de Senadores – a la que
pertenece- el destino de varias reformas y adiciones constitucionales en
estos días en México, de trascendental efecto, el campechano solicitó una y
decenas de veces la palabra desde su escaño, pero fue ignorado
olímpicamente por el presidente de la Mesa, Gerardo Fernández
Noroña, se reitera… por eso el priista se levantó de su lugar y subió hasta un
lado del sitial de Fernández Noroña, para reclamarle -en todo su derecho-
su actitud, de forma objetiva y legal.
Pero histriónicamente Noroña se ofendió y empezó a gritonear en el
micrófono y a hacerse incluso la víctima: “¡Respétame! Le reclamó a gritos
a Moreno Cárdenas…a lo que ‘Alito’ le repuso: “¡Pues date a respetar!” … y
luego como una fémina amenazada, Fernández Noroña le espetó: “¡Quita
tus puercos dedos de mi cuerpo!”, por lo que ‘Alito’ Moreno le contestó
“¡No me grites… a mí no me grites!”
Por lo que se ve, ‘Alito’ Moreno no será ni un líder ‘suavecito ni delicadito’ a
los que estuvimos acostumbrados en las últimas dirigencias del PRI, donde
los presidentes nacionales solo eran “buenos tecnócratas” con buen
historial en universidades extranjeras y finos modales… pero con carencia
de “cataplines” para hacerse respetar en lo personal…. Y hacer que se
respete al partido que dirige, así como a sus militantes, que es lo más
importante.
‘Alito’ Moreno es un dirigente que, definitivamente, era lo que faltaba en
el PRI… que supiera poner los “puntos sobre las íes” …. Y le dijera al pan,
pan… y al vino, vino.
Así que no la tendrá tan fácil el ‘ñero’ Fernández Noroña con ‘Alito’.
Aquí encontró la horma de su zapato en lo sucesivo.
Autor: Héctor Calderón Hallal
@CalderonHallal1;
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