Para evitar la recesión, Sheinbaum buscará acordar las bases del nuevo T-MEC con Trump en el G7
A pesar de que el panorama bilateral está dominado por la agenda de seguridad y migración, como exhiben las postales de los desmanes de California este fin de semana, Claudia Sheinbaum viajará a la cumbre del G-7 con la meta de sentar las bases para un nuevo acuerdo comercial con Canadá y Estados Unidos y así darle confianza al empresariado.
La invitación para la cumbre proviene del primer ministro canadiense Mark Carney, que se encuentra en una dinámica similar a la de México: apurar el nuevo marco comercial para despejar la incertidumbre.
Sheinbaum y Carney tiene la percepción común de que Trump necesita una renegociación rápida y exitosa que funcione como modelo a seguir para sus socios de más allá de América del Norte.
Creen que además el momento es propicio porque el año que viene la erosión de la base política de Trump pudiera acelerarse y esto complicaría las negociaciones, especialmente en el Senado controlado por los republicanos.
El objetivo comercial está por encima de la convulsión migratoria. Este lunes Sheinbaum cuestionó las redadas pero evitó un choque frontal contra Trump y el fin de semana el embajador en CDMX Ronald Johnson deslindó a México de los causantes de los disturbios en la costa oeste.
Marcelo Ebrard está convencido de que en la segunda mitad del año se pueden alcanzar los acuerdos necesarios que configuren un escenario ganar-ganar: certidumbre para la economía en México y un triunfo político para Trump, que vive horas límite por su confrontación con el magnate Elon Musk.
El acuerdo de América del Norte es entendido en el empresariado como la pista de aterrizaje que requiere el Plan México, que, más allá de las estridencias, no es otra cosa que el programa desarrollado por la presidenta para lograr que el país pueda volver a crecer, algo que casi no sucedió en el sexenio obradorista y que, al menos este año, tampoco sucederá.
Con información de La Política Online