Paredes y Gutiérrez Müller: complot contra el FAM
ÍNDICE POLÍTICO
FRANCISCO RODRÍGUEZ
Durante varias noches recientes, Beatriz Paredes Rangel y Beatriz Gutiérrez Müller sostuvieron largos encuentros cuyo tema principal no fue precisamente el de la cultura prehispánica o el de la emancipación mexicana tras tres siglos de coloniaje español.
Sobre la calle de Reina, en el bello barrio capitalino de San Ángel, una camioneta de lujo, blindada y con cristales polarizados fue el escenario de las pláticas que sostuvieron la NO primera dama y la ahora NO constructora del Frente Amplio por México.
Y si no fue de cuestiones históricas, de las que dice ser ducha la actual esposa de Andrés Manuel López Obrador, ¿de qué fue de lo que ambas platicaron en sus prolongadas veladas?
Ni más ni menos que de la –por fortuna– ya fallida participación de la veracruzana que se dice tlaxcalteca como contrincante de Xóchitl Gálvez a quien tanto teme el ocupante de Palacio Nacional.
¿De apoyos del obradorato?
Sí, pero ¿a cambio de qué?
¿De dinero del bien llamado Rey del Cash para el desarrollo de los actos y demás actividades proselitistas?
También, pero ¿a cambio de qué?
¿De soportes logísticos y de seguridad personal –ante el creciente clima de violencia?
Por supuesto, pero ¿qué ofrecía Paredes Rangel a López Obrador, a través de su cónyuge Gutiérrez Müller?
Lo de siempre.
Lo que ya antes, en 2006 y en 2012 le había entregado a AMLO.
Una campaña de “brazos caídos”, nacida para perder.
Una traición más al PRI de Alejandro Alito Moreno, como las perpetradas cuando ella encabezó a ese partido y empujó los triunfos de candidatos de otras franquicias partidistas…
… sólo que ahora también estaba lista para traicionar a la ciudadanía que ingenuamente votó por ella en las encuestas…
… lo mismo que a la militancia de los partidos que encabezan Marko Cortés y Jesús Zambrano.
El gran golpe lo iban a dar el próximo domingo.
Justo en la votación que se llevaría a cabo para complementar el proceso ideado por los ciudadanos y representantes partidistas que integran el Comité Organizador del FAM opositor a Morena y su fauna verde y dizque trabajadora que le acompañan.
Acudirían cuatroteros a descarrilar las votaciones.
A amedrentar a quienes se acercasen a las casillas.
A sembrar violencia.
A romper el proceso, muy al estilo de la 4T.
Prácticamente lo mismo que antes hicieron cuando la mayoría militaba en el llamado sol azteca.
Toda esta información, aún más detallada, la verdad, llegó a los dirigentes de los partidos opositores al fallido régimen actual.
Y fue por tal que, en lugar de dar a conocer los resultados de la encuesta hasta el próximo domingo, adelantaron el anuncio para la tarde de este miércoles.
Paredes dejó colgados de la brocha a Gutiérrez Müller y a López Obrador.
Eso sí, dicen, se quedó con las 30 monedas que ya le habían entregado.
Xóchitl Gálvez, como se había pronosticado
Pese al muy claro apoyo de AMLO en sus sketches de las matinés electoreras-cómico-musicales de martes y miércoles –“Beatriz aguanta, el pueblo se levanta”–, los tweets de los chairos y hasta de los bots de Jesús Ramírez Cuevas…
… o tal vez debido a eso precisamente…
… Beatriz Paredes ejerció su derecho de pataleo para, finalmente, quedar fuera de la jugada.
Cavó su propia tumba…
… y ahora tendrá que rellenarla con las carretadas del dinero recibido “en efe y por adela”.
Sencilla, humilde en la victoria, tal vez desconocedora del complot de “Las Beatriz”, todavía Gálvez intentaba conciliar con Paredes la misma noche de este miércoles.
El triunfo de la hidalguense fue contundente, inobjetable.
Tal y como muchos habíamos pronosticado que sucedería.
Todavía, empero, falta saber qué es lo que propondrá –aunque ya ha esbozado algo de ello en las últimas ocho semanas– cuando ya sea investida formalmente como contendiente a la Presidencia de la República.
Tanto teme AMLO a la hidalguense, pues un triunfo de la oposición automáticamente significa un proceso penal en su contra por todos los crímenes de lesa humanidad que ha acometido los últimos cinco años –y los meses que aún faltan–, que aún puede llevar a cabo intentonas para “bajarla” de la contienda presidencial.
Y créame: ya no usaría a su esposa para llevarlas a cabo.
Fallaron las dos Beatriz.
¡Enhorabuena!, ¿verdad?
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