Presidenta necesita mejores asesores y no aplaudidores que la ridiculicen
Yo Campesino / Cuánta estulticia
• Presidenta necesita mejores asesores y no aplaudidores que la ridiculicen
Miguel A. Rocha Valencia
Independientemente de que el ganso le dejó como herencia su corcholata favorita el costo político de las reformas y con ello un gobierno unipersonal y autoritario, lo cierto es que los procedimientos para lograrlo no fueron del todo ortodoxos sino con muchas violaciones de procedimiento, razón por la cual, la jueza ordenó eliminar el texto, no la ley del Diario Oficial.
Es decir, tanto el impresentable Arturo Zaldívar Lelo y la sumisa consejera jurídica, Ernestina Godoy, ambos pertenecientes a la caja de aplausos de la señora presidenta, le hicieron presentar argumentos que al final no pudo explicar en la mañanera y sólo atinó a decir que se violaba la ley de amparo y que ese recurso otorgado por una jueza, transgredía la norma.
Lo anterior resulta comprensible si se acepta que la jefa del Ejecutivo es científica de formación y que de leyes sabe muy poco, aunque en contratos sea muy avezada.
Porque para empezar la jueza Nancy Juárez Salas, no emitió su fallo contra la reforma Judicial en sí, sino que otorgó el amparo en torno a los procedimientos que se llevaron en la presentación ante comisiones del Senado y su postrera aprobación ante el pleno de la mentada iniciativa atribuida al caudillo de la 4T.
No es a la ley en sí, sino a las formas, mismas que en su prisa los lacayos de la anterior y presente legislaturas, violaron procedimientos situaciones que en su momento fueron denunciadas por la oposición política en el Congreso.
Recuérdese que la misma exjefa de gobierno de la CDMX hizo un llamado a sus lacayos disfrazados de legisladores para que cuidaran muchos las formas previendo seguramente lo que hoy se está presentando, pero como el de las prisas era del patrón tabasqueño, aceleraron el paso para darle su regalote antes de que se fuera a la Chingada. Y no les importó violar nada, ni siquiera a…
El tema entonces, no es la reforma en sí sino los procedimientos y de ahí se tomarán quienes resisten en el poder Judicial para continuar su lucha más allá de los temas laborales que incluyen sus prestaciones que por ley, son irrenunciables e imprescriptibles.
Por eso es que cualquier cosa dicha por la inquilina de palacio Nacional, sonará a autoritario, si lo es, pero es un hecho que la reforma al poder Judicial no la van a echar para atrás ni la van a matizar, no está en el léxico de la 4T aceptar opiniones ni corregir errores.
Ahí la presidenta manda como lo hacía su padrino y quien ordena, no se equivoca y si para alguien eso ocurre, simplemente vuelve a mandar.
No se olvide empero que las acciones del poder judicial son para contener, evitar o revertir los excesos de la autoridad contra el pueblo aunque este sea muy agradecido, pero los trabajadores de esa instancia, también son pueblo y defienden sus derechos por la púnica vía que conocen y no tienen que ir a consultarle al Legislativo como erróneamente dijo la jefa del Ejecutivo que en vez de amenazar e intentar destrozar la honorabilidad de la jueza, debería poner a trabajar a sus asesores para atacar el tal amparo, pero de manera jurídica.
Porque ¿Qué le van a consultar al Legislativo? Ahí hasta el que decidió ser nada a cambio de poder nada tiene que hacer en esto pues conforme a derecho también está en falta por no acatar como líder del Senado en su momento, ordenamientos de la Suprema Corte de Justicia en el caso de designar consejeros, magistrados y demás integrantes de órganos autónomos.
Le van a aplaudir, le dirán que tiene la razón, que jueces, magistrados y ministros son una plaga que se debe exterminar y, “lo que usted diga señora presidenta”. Para eso son viles lacayos y participantes de la caja de aplausos llamada 4T.
Bueno hasta en voz del impresentable y lambiscón Zaldívar Lelo, resultarán traidores a la Patria cuando él fue quien traicionó a su gremio, a su alma mater (ni tiene) y con ello al país. Se le olvidó al apóstata que se debe al país no a un patrón al que sirve como lacayo y para colmo, mal.
No se trata aquí de quien tiene la razón declarativamente, sino que con argumentos de la Ley positiva se defiendan posiciones, se ataquen sentencias y disposiciones, ni mucho menos se trata de imponerse por la fuerza del poder, porque “yo mando” sino atender lo que se juró al asumir el cargo, cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes que de ella emanen.
Porque si es por las pistolas de alguien, poder se impone y en ese plano autoritario no hay duda de quién lleva la de perder y si eso ocurre, de una vez que se eliminen todas las formas de amparo, que la ley correspondiente se abrogue, se derogue o de plano se diga que en ningún caso procederá cuando se trate de caprichos o decisiones del Ejecutivo que de hecho así lo hace bajo el pretexto de “interés de la Nación”.
De una vez que se muestren tal cual son, ya sabemos que sin caretas son autoritarios, soberbios y tales por cuales.