La AARC advierte que de imponerse la tarifa del 20.91% al tomate mexicano, se aplicaría una reducción en la superficie sembrada del ciclo 2024-2025.

Mario Núñez

Culiacán, Sin.- La posible imposición de un arancel del 20.91 por ciento al tomate mexicano por parte del gobierno de Estados Unidos ha encendido las alarmas entre los productores hortícolas de Sinaloa, quienes advierten que podrían reducir hasta un 20 por ciento la superficie sembrada de este cultivo de exportación en el próximo ciclo agrícola.

Roberto Bazúa Campaña, presidente de la Asociación de Agricultores del Río Culiacán (AARC), explicó que la medida se tomaría como un mecanismo de contención ante el incremento de costos y la incertidumbre comercial que generaría la imposición del nuevo gravamen, prevista para el próximo 14 de julio por el gobierno del expresidente Donald Trump, quien busca retornar al poder en las elecciones de noviembre.

“Estamos confiando en las gestiones del gobierno federal para renegociar el acuerdo de suspensión, pero de entrar el arancel, nos afectaría mucho. La medida que estamos considerando es una reducción del 20 por ciento en la superficie sembrada de tomate para exportación”, advirtió.

Bazúa Campaña detalló que el ciclo otoño-invierno 2024-2025 fue especialmente complicado para los horticultores sinaloenses, quienes enfrentaron precios poco rentables, particularmente en cultivos como tomate, chile, calabaza, pepino y berenjena.

A pesar del panorama adverso, el dirigente reconoció que una ligera devaluación del peso frente al dólar ayudó a mantener a flote a los productores: el tipo de cambio pasó de 16 a 20 pesos por dólar entre el inicio de la siembra y la etapa de comercialización.

“Fue una temporada complicada, salimos con mínima ganancia. El tipo de cambio ayudó, pero el precio del tomate no fue favorable. Si se suman nuevos aranceles, los costos serían insostenibles, concluyó.

La industria del tomate representa uno de los principales motores de exportación agrícola en Sinaloa, y cualquier afectación a su competitividad en el mercado estadounidense podría tener un impacto directo en el empleo rural, las economías regionales y la balanza agroalimentaria del país.

Con información de El Sol de Sinaloa

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