Paul Chávez.

La Orquesta Sinfónica Sinaloa de las Artes, la OSSLA, por su calidad puede ser la embajadora musical de Sinaloa por el mundo: invirtámosle recursos y empeño.

Un Sonido que envuelve.

La música a todos nos afecta, nos hace bailar, suspirar, cantar, tararear, recordar, deleitarnos, enamorarnos, nos cambia de humor, nos hermana, nos sintoniza, nos identifica, rompe las barreras del idioma, del tiempo, del espacio; sin embargo la música sinfónica tiene un hechizo especial cuando se escucha en vivo, más en quienes no la conocen.

Antecedentes musicales.

Desde los gloriosos festivales culturales de nivel internacional iniciados en 1987 habían pasado más de 2 décadas que en Sinaloa no se tenía una orquesta propia, en 1965 y 1967 el célebre director Luis Ximénez Caballero ex titular de la Orquesta Sinfónica de Xalapa y fundador de la Orquesta Sinfónica de Chihuahua fue invitado a Culiacán integrando la Orquesta Sinfónica del Noroeste con una visión muy personal: que todo el Noroeste conociese la música clásica y experimentara el encanto de una orquesta sinfónica en vivo.
Sus conciertos los daba en la plazuela Obregón a un costado de catedral, siempre abarrotada de gente y con papás con sus hijos en sus hombros para que la pudieran ver y en el estadio Ángel Flores. Después fue invitado a Guadalajara con su orquesta deleitando al Occidente del país.

Se funda la OSSLA.

En el año 2001 se tuvo la afortunada idea de formar otra orquesta sinfónica local contratando a Gordon Campbell, él había fundado antes la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes, muchos de los músicos fundadores de alta calidad internacional se vinieron con él, varios de ellos permanecen.
Gordon se esmeró atrayendo talentos, la integró, la formó y la consolidó, ganando 2 premios nacionales a los que tuvimos la fortuna de escucharlo en Bellas Artes dirigiendo El Mandarín Milagroso de Bela Bartok, una obra que exige un virtuosismo orquestal sorprendiendo al exigente auditorio con sonoros aplausos. La embajada de Austria le otorgó otro reconocimiento.

Grandes directores.

Le siguieron Miguel Salmón del Real inyectándole jovialidad con su batuta y atrajo a muchos jóvenes que se inscribieron en las escuelas de música, el concierto de Anna Fedorova se hizo legendario por traer a una pianista mundial y por quedarse unas 800 personas en fila sin poder entrar una hora antes. Eduardo García Barrios formado en Moscú logró atraer a otro segmento de público con su repertorio, su estancia fue más corta.
Los directores invitados se han referido a la OSSLA como una de las mejores orquestas del país, sin duda la ha sido. Todo el estado de Sinaloa se ha beneficiado llegando a muchos rincones, recordamos la ópera Caballería Rusticana al cobijo de la noche estrellada en la explanada de la iglesia de un pueblito del S. XVIII llamado Imala vecino de Culiacán y los conciertos en los pueblos mágicos de Mocorito, Cosalá, Rosario.

Su efecto multiplicador.

La OSSLA a lo largo de su historia ha elevado el nivel cultural de Sinaloa, ha cambiado a miles de vidas y salvado a muchas de ellas por dedicarse a la música, muchos jóvenes han ingresado las licenciaturas de música, otros se han ido a estudiar y a triunfar en Europa. A la par de la orquesta se han formado escuelas corales con voces privilegiadas que cantan en el extranjero; asimismo ha sido la sede de diversos festivales internacionales como el guitarra clásica, de danza, concursos para jóvenes de Opera que bien han conducido el célebre mazatleco Enrique Patrón de Rueda.

Mazatlán tiene ya su orquesta propia, una compañía de danza Delfos magnífica, Los Mochis tiene una orquesta juvenil y estrenó un moderno auditorio. Se han formado orquestas de cámaras a la par con los egresados de las licenciaturas, los conciertos se llenan de gente nueva, los Cafés Conciertos fueron un éxito por años. Asimismo la Banda Sinfónica Juvenil del Estado maravillosamente dirigida por Baltazar Hernández Cano donde han salido músicos cotizados en el extranjero.

Elevemos su nivel.

La OSSLA puede ser nuestra embajada internacional cultural si nos lo proponemos, sugerimos definir su situación jurídica propia como orquesta para no depender de la incertidumbre burocrática, necesitan actualizar y mejorar sustancialmente los sueldos y las prestaciones de los músicos y así puedan seguir trayendo talento internacional de alto nivel, los músicos para su subsistencia tienen que buscar otros ingresos, aparte ellos contribuyen con sus clases magistrales educando generaciones.
El nivel que Gordon exigió es que cada integrante tuviese un nivel equivalente a una maestría o doctorado universitario equivalente en su instrumento. No bajen de nivel. Como artistas merecen ser tratados como artistas, no como burócratas, especialmente el apoyo médico para ellos y su familia.
Asimismo definir con transparencia las reglas del juego cuando tocan para otras entidades culturales locales y den conciertos fuera de programa que merecen ser bien recompensados.

El director es clave.

Fundamental para mantener y elevar el potencial de la orquesta. Observamos la química que se dio con el director invitado Enrique Diemecke obteniendo timbres y colores orquestales inusitados; Sergio Cárdenas Tamez también puede ser un candidato; la OSSLA se merece directores de esa talla porque el talento individual crece con los desafíos, no tocando obras populares. El público de la OSSLA es maduro y exigente, y seguir invitando a otros directores talentosos en temporada.
Asimismo difundir con alta calidad sonora y visual sus conciertos como lo hacen las orquestas que ahora son reconocidas por difundirse en Youtube, un escaparate mundial, así pueden ser invitados a tocar en otros países y gracias a esto el mundo pueda tener otra imagen del estado por su calidad cultural y atraer inversiones.
Esto requiere estrategia, dedicarle tiempo y recursos para que la OSSLA siga floreciendo, pero cuidado: está en un punto de inflexión. Mejorémosla, a todos nos conviene y refleje lo mejor que tenemos.

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