Durante Semana Santa, Sinaloa retomó espacios públicos y actividades pese a la violencia, mostrando resistencia civil y deseo de paz.

El viraje inesperado del Sinaloa amedrentado y recluido por la violencia ininterrumpida y creciente durante más de siete meses, al de sociedad que decidió retomar los espacios y actividades que le corresponden, sucedió durante Semana Santa como otro elemento de estudio sobre el comportamiento ciudadano frente a adversidades de consecuencias también colectivas.

Si bien es cierto que operó una buena estrategia de protección a sitios de acopio de vacacionistas y al desplazamiento de paseantes, no puede ser analizado el fenómeno sin considerar la actitud y arrojo de las familias que determinaron confiar en la seguridad pública y transmutar del temor a la recuperación de la tradición y disfrute de actividades lúdicas propias de la comunidad pacífica.

Así, en medio de jornadas violentas que del 9 de septiembre de 2024 al 20 de abril de 2025 registran 1,135 homicidios dolosos 1,303 personas privadas de la libertad y 4,341 vehículos robados, la gente optó por retornar a las tareas recreativas y relajar los protocolos oficiales o particulares ante los peligros que derivan de la narcoguerra.

Sin que pueda considerarse saldo blanco debido a ilícitos cometidos dentro de ese período, sí importa recalcar la acción civil que dio signos del carácter que se requiere y más de aquí en adelante en la exigencia a las autoridades federales, estatales y municipales a que hagan lo que les corresponde dentro de la ley para darle continuidad a la reconquista que puso en marcha la ciudadanía de espacios públicos, actividades económicas y paz verdadera y duradera.

Del jueves al domingo operó la digna resistencia de los sinaloenses de cara al crimen que prosigue en su guerra cruenta y dominó la tenacidad social consensuada en favor de la tranquilidad, legalidad y respeto a los derechos propios y los de terceros. Finalmente asomó el modo pacífico de convivencia que caracteriza a la mayoría de la población, y desvaneció durante algunas horas el sometimiento a través de las armas y el salvajismo que postulan unos cuantos desde la delincuencia organizada.

Con información de Espejo

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