Reforma de emergencia
Según afirman algunas voces de Morena antes de que termine este mes se estará aprobando una reforma electoral que denominan mixta, con ajustes a la Constitución y a las leyes electorales, teniendo en la mira, lograr un consejo electo en el INE y que se disminuya el gasto actual en el sistema nacional. Si ya se anunció es porque seguramente algo se estará cocinando.
El no poder aprobar nada en el tema sería un fracaso para la fracción mayoritaria, que le costaría caro ante los ojos del de arriba, por lo que se advierte probable que, si vayan a pasar algunos cambios que les permitan quedar medianamente bien, una tercera vía que pasaría por el tema de los recursos y el de la forma de elección del consejo.
Para reducir gasto el INE tiene poco margen actualmente, sería necesario en todo caso que se le quiten facultades o hubiera temas que pasen a otras instancias o dependencias, por ejemplo, el tema del monitoreo de medios para revisar todas las transmisiones de radio y TV, que cuesta muy caro, podría buscarse alguna otra autoridad que lo hiciera y además modificar el modelo para que ya no sean puros spots de 20 segundos que en realidad nadie ve y poco importan.
Otro tema sería que se ahorre en capacitación, contratando menos capacitadores para cada elección y que se diera prioridad a los cursos en línea y al voto electrónico, aprobando un cronograma para su implementación a partir de 2024. En conjunto estas reformas podrían representar un ahorro significativo a mediano plazo.
En el camino se puede aprovechar para incluir en la ley los temas de inclusión democrática que hasta ahora el INE y el TEPJF han atendido con acciones afirmativas; como el de paridad total en la postulación de candidaturas y el establecimiento de cuotas para grupos políticamente subrepresentados como los de comunidades Indígenas, afromexicanos, con alguna discapacidad, de la comunidad LGTB y de residentes en el extranjero.
Una reforma electoral de esta legislatura puede ser benéfica como lo han sido las anteriores principalmente desde 1990 a 2014, puede representar un avance en la materia y en esto todas las fuerzas políticas estarían de acuerdo.
Lo que no debe de pasar es que se atente contra los pilares del sistema tratando de cambiarlos para destruirlos, estos pilares encuentran su origen no en el sistema liberal sino en la lucha de los jóvenes del 68, de las mujeres en 1953, de los damnificados del sismo de 1985 y de las vidas y los esfuerzos de muchos mexicanos que han luchado para su construcción.
Una tercera vía sería posible para lograr una disminución del gasto y fortalecer nuestra democracia, si realmente esta fuera la pretensión de quienes la promueven, pasarían a la historia como verdaderos demócratas que saben respetar las luchas populares de las generaciones anteriores. La moneda está en el aire.
Con información de Publimetro