Sin embargo, la primera iniciativa de la LXVI legislatura que proponía cambios en los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución con el propósito de fortalecer a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y establecer que la explotación del litio solo corresponde a México, no logró el consenso.

Por primera vez desde que el inició el sexenio el dique de la oposición no se rompió, aunque semanas antes dio muestras de fractura. PRI, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano votaron en contra, con lo que Morena, PT, PVEM se quedaron a 57 votos de aprobar la primera de tres reformas constitucionales que tiene contempladas para su segunda mitad de sexenio López Obrador. El analista político y catedrático de la UNAM, Édgar Ortiz, explica que el freno a la reforma eléctrica representa una derrota parcial para el presidente tanto en lo político como en lo mediático.

“No es un presidente omnipotente, que ha perdido capacidad de negociación. En este tipo de reformas más allá de querer amedrentar a sus opositores debe tener una capacidad de negociación, muchos creyeron que ante la presión del presidente los diputados de oposición iban a ceder e iban a apoyar la propuesta presidencial, pero no fue así. Eso es una señal de que los partidos políticos a pesar del letargo aparecieron y de manera unificada”, comenta.

Durante semanas, el presidente López Obrador convocó a los diputados priistas a rebelarse, e incluso les invocó a los expresidentes Lázaro Cárdenas y Adolfo López Mateos, quienes rescataron el petróleo y la industria eléctrica. Nada funcionó. La noche del domingo 498 legisladores votaron: el 55% lo hizo por la aprobación de la reforma eléctrica, el 44% la rechazó.

“El presidente apostó al desbaratamiento de la oposición. En el caso del PRI utilizó las prebendas, las posiciones como lo vimos con Quirino Ordaz, con acercamientos con algunos priistas, pero este trabajo no dio resultados”, dice Rafael Morales, analista político y académico de la UNAM.

Por primera vez, la Cámara de Diputados funcionó como un contrapeso. Por meses se criticó que los diputados solían aprobar las iniciativas prácticamente en los términos que lo establecía el Ejecutivo. El despertar de la oposición podría incluso meter en problemas a Morena. En lo legislativo, si no privilegia el diálogo y los consensos, las otras dos reformas previstas para esta legislatura podrían correr el mismo riesgo que la eléctrica y en lo electoral, podrían entender que a Morena se le gana unificadas. “No hay margen para hacer que prosperen sus reformas porque con esta iniciativa que no pudo ser aprobada, la oposición ya se dio cuenta que unificarse da resultados. La oposición está puesta para volver a aplicar la misma receta de contención en las otras iniciativas que el presidente va a plantear, las próximas reformas no van a pasar”, dice Morales. Pero para que la oposición tenga éxito, las dirigencias deberán mantener el control de sus grupos parlamentarios para votar en un sentido. Además tendrán que comprender que su futuro político depende del papel que realizan en el Congreso. “Tienen que transmitir que para que la democracia funcione es necesaria la oposición, para evitar abusos del poder y evitar que México tenga un retroceso de 50 años. Esto influirá para que la oposición se mantenga unida y pueda ir creciendo de manera mediática. Esto que acaba de suceder la oposición lo tiene que aprovechar para colocarse en la agenda pública y para colocarse en la percepción de los votantes para que lo reflejen en votos”.

El proyecto político de AMLO está comprometido Ante el rechazo de la iniciativa de reforma constitucional en materia eléctrica, el presidente López Obrador anunció que enviaría una propuesta de reforma a la Ley Minera para proteger el litio, la cual solo requirió de una mayoría simple para su aprobación en la Cámara de Diputados y ha sido turnada al Senado. Si Morena y el presidente López Obrador no logran consensos entre la oposición, el destino de sus iniciativas será el mismo: reformas constitucionales rechazadas y optar por cambios a las leyes generales. “Se puede esperar que las reformas constitucionales que se tengan en el futuro tengan la misma suerte que la frustrada reforma eléctrica, y quizá para mantener su proyecto, buscará hacer reformas a leyes secundarias para de alguna manera alcanzar objetivos. No lograr las reformas constitucionales es un revés para su proyecto de carácter político”, sostiene Ortiz Arellano.

 

Con información de EXP

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