Entre Veredas

Marco Antonio Lizárraga

“Los hombres suelen, si reciben un mal, escribirlo sobre el mármol; si un bien, en el polvo”, Thomas Moore

RETOS Y EXPECTATIVAS

La reunión entre el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, y los altos mandos de la seguridad nacional, incluyendo al secretario de la Defensa, general Ricardo Trevilla, y el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, marca un nuevo capítulo en los esfuerzos por reforzar la seguridad en Culiacán y el estado en general.

La decisión de incrementar el despliegue de elementos del Ejército y la Guardia Nacional, junto con un enfoque renovado en inteligencia y trabajo multidisciplinario, refleja la preocupación persistente por la violencia en la región y el compromiso de las autoridades por enfrentarla de manera más efectiva.

El acuerdo de enviar más efectivos a Sinaloa es una respuesta directa a los altos índices de homicidios dolosos y otros delitos de alto impacto que han afectado la tranquilidad de los habitantes.

Al reforzar la presencia de la Guardia Nacional y el Ejército en las áreas más conflictivas, el gobierno busca no solo contener la violencia, sino también recuperar espacios públicos y generar un clima de seguridad en actividades cotidianas, culturales y deportivas.

No obstante, aunque la presencia de más fuerzas federales pueda generar una sensación de seguridad inmediata, cabe preguntarse si esta estrategia es sostenible a largo plazo y si realmente aborda las causas estructurales del crimen en la entidad.

El reto es que, aunque la militarización de la seguridad ha sido una medida común en México para enfrentar el narcotráfico y el crimen organizado, la efectividad de estas acciones ha sido cuestionada, especialmente cuando no se acompañan de estrategias de desarrollo social y programas preventivos.

Uno de los aspectos más destacables del acuerdo es el énfasis en la colaboración entre las distintas dependencias de seguridad, como la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana y la Fiscalía General de la República.

La creación de células de trabajo multidisciplinarias apunta a un enfoque más integral, que no se limita a la contención, sino que también prioriza la inteligencia, la investigación y la colaboración entre niveles de gobierno.

Este enfoque es crucial, pues la experiencia ha demostrado que las respuestas exclusivamente punitivas o basadas en el despliegue militar no siempre son suficientes para reducir de manera sostenida la violencia.

El diagnóstico regional del fenómeno delictivo también representa un avance, ya que indica que las autoridades están evaluando con mayor precisión las dinámicas del crimen en la zona, lo que podría traducirse en operaciones más focalizadas y menos generales, evitando así la dispersión de recursos y esfuerzos.

Un punto clave que mencionó el gobernador Rocha Moya es que la Guardia Nacional no solo estará enfocada en la vigilancia, sino también en la proximidad social.

Esto implica un cambio en el paradigma de seguridad que busca humanizar la labor de los efectivos, integrándolos más directamente en las comunidades y no solo como un elemento de control.

La participación de la Guardia Nacional en eventos culturales y deportivos podría ser una estrategia para construir confianza entre la población y las fuerzas de seguridad, aunque su verdadero impacto dependerá de cómo se ejecute y cómo se perciba por parte de los ciudadanos.

El aumento en el despliegue militar y de la Guardia Nacional en Sinaloa es una medida que refleja el compromiso de las autoridades para devolver la paz a una región que ha sido golpeada duramente por la violencia.

Sin embargo, el éxito de estas acciones dependerá de su capacidad para ir más allá de la contención y la fuerza, hacia una estrategia más integral que incluya el fortalecimiento de las instituciones locales, el desarrollo social y la participación ciudadana.

La pregunta central sigue siendo si esta nueva oleada de refuerzos militares logrará generar un cambio duradero, o si se trata de una medida temporal que aplaza la necesidad de enfrentar las raíces profundas del crimen en Sinaloa. La seguridad, como el gobernador Rocha Moya y sus colaboradores lo saben, no se construye solo con armas, sino también con oportunidades, justicia y confianza en las instituciones.

ACUERDOS TOMADOS

La reciente conformación de las comisiones permanentes en la LXV Legislatura del Congreso de Sinaloa revela una concentración de poder en manos del Grupo Parlamentario de Morena, que presidirá 20 de las 29 comisiones.

Esta decisión fue aprobada por unanimidad entre las diversas fuerzas políticas, lo que subraya la capacidad de negociación de Morena y su influencia en la configuración del trabajo legislativo.

Sin embargo, este escenario plantea interrogantes sobre las posibles implicaciones para la pluralidad y el equilibrio de poder en el Congreso.

Por un lado, el control de la mayoría de las comisiones clave por parte de Morena podría facilitar una mayor eficiencia legislativa, al reducirse los conflictos internos y las discrepancias entre partidos, lo que permitiría una aprobación más rápida de leyes y reformas.

Esta situación podría acelerar la implementación de políticas que busquen el bienestar de los sinaloenses, como afirmó la presidenta de la Junta de Coordinación Política, María Teresa Guerra Ochoa, quien destacó el consenso alcanzado entre las fuerzas políticas.

Sin embargo, ¿es esta concentración de poder saludable para la democracia legislativa? El hecho de que Morena presida la mayoría de las comisiones podría debilitar la capacidad de la oposición para influir en las decisiones y fiscalizar de manera efectiva las acciones del gobierno estatal

. Aunque se afirma que la conformación de las comisiones sigue principios de paridad de género y pluralidad política, ¿realmente se garantiza una representación equitativa cuando un solo partido tiene control sobre la mayoría de las comisiones?

La estructura legislativa diseñada en esta legislatura también puede generar retos en términos de gobernabilidad plural.

Si bien la concentración de poder en Morena podría traducirse en un trabajo más ágil, también existe el riesgo de que las voces de la oposición y de otros grupos políticos queden marginadas o poco representadas. La capacidad de lograr consensos amplios en temas de alta relevancia social y económica podría verse comprometida si las decisiones se toman principalmente desde una perspectiva unipartidista.

Además, las comisiones presididas por Morena incluyen áreas clave como Puntos Constitucionales y Gobernación, Hacienda Pública y Administración, y Seguridad Pública. Estas comisiones son esenciales para definir el rumbo legislativo del estado, desde la administración de los recursos hasta la seguridad ciudadana.

El enfoque y las decisiones tomadas en estas áreas influirán directamente en la vida cotidiana de los sinaloenses.

La concentración de poder en el Congreso no necesariamente debe traducirse en una falta de pluralidad.

Para evitar que el control de Morena derive en una polarización política y una exclusión de las minorías, será crucial que las comisiones trabajen de manera abierta y transparente, involucrando a todos los actores políticos en las discusiones y toma de decisiones.

Es importante que los diputados de Morena utilicen esta oportunidad no solo para avanzar en sus propias agendas políticas, sino también para incluir las propuestas y perspectivas de la oposición, garantizando un debate robusto y plural.

Solo así se podrá aprovechar esta estructura para generar políticas públicas que realmente respondan a las necesidades de los ciudadanos, sin caer en el riesgo de un dominio hegemónico que pueda erosionar la democracia local.

En resumen, la nueva conformación del Congreso de Sinaloa, con Morena al frente de la mayoría de las comisiones, plantea una oportunidad para impulsar un trabajo legislativo más eficiente, pero también representa un reto en términos de pluralidad y democracia.

El éxito o fracaso de esta estructura dependerá de la capacidad de los legisladores para gestionar el poder de manera equilibrada, integrando todas las voces y necesidades de la sociedad sinaloense.

¿Podrá Morena cumplir con este desafío o caerá en el riesgo de monopolizar las decisiones legislativas? El tiempo y las acciones de los legisladores lo dirán.

mlizarraga1@entreveredas.com.mx

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