Sinaloa, cada vez con menos luchadores sociales
‘Hay que volver a la calle’, afirma Meché Murillo; “Hace falta que jóvenes se sumen a la lucha”, Óscar Loza
Se pueden contar con los dedos de una mano. Si acaso con las dos manos y a lo mejor algunos sobran. El tiempo transcurre y no se suman nuevos cuadros. Por eso el nuevo llamado, una invitación. Los defensores de derechos humanos cada vez son menos en Sinaloa.
Entre ellos se cuenta Mercedes Murillo Monge, la “Meché”. Así, con acento al final. Sus más de 80 años no la eximen de la lucha con la cual una vez se comprometió. Y entre bromas amenaza con volver. No hay cuadros nuevos, y esto ella lo entiende.
“Porque tienen razón (en luchar), en muchas ocasiones eres amargada, entonces los que tienen niños chiquitos por supuesto que se tienen que cuidar más porque la madre siempre hace falta y es algo que es muy importante: la entrega, te tienes que entregar”.
El comentario lo hizo a este semanario tras recibir el Premio Municipal de Derechos Humanos en su primera edición. Ahí, regidoras y regidores del Cabildo de Culiacán le rindieron tributo junto a Óscar Loza Ochoa, otro veterano de la lucha no sólo en Culiacán sino en el estado.
Ambos recibieron una medalla, reconocimiento y un cheque por 10 mil pesos.
Meché bromea un poco al respecto. Comenta que en otro momento acudía a las puertas del Ayuntamiento a reclamar, pero hoy lo hacía a recibir un galardón, y acota que, “si hay que volver a tomar la calle, hay que volver”.
Y Meché reitera ese compromiso, el cual va acompañado de mucho sacrificio.
“Que no se te olvide que hay un sacrificio, pero que no se te olvide que tienes que tener mucho cuidado de con quién andas, con quién caminas, con quién estás, porque sí, es importante trabajar, es un compromiso que tenemos con la sociedad, porque las cosas no se hacen solas y a los gobernantes los tienes que empujar, ni siquiera tentar, empujar para que trabajen por el pueblo que los elegimos”.
Uno de ellos la llevó a formar el Frente Cívico Sinaloense hace casi 30 años.
Sin embargo cada vez son menos los luchadores sociales. Activistas como Salomón Monárrez Meraz, por ejemplo, cada vez se ven menos en las calles. Él mismo lo explica: su edad no le permite seguir dando guerra.
Es sobreviviente a un atentado en 2009. El lunes 31 de agosto un grupo de sujetos allanó el domicilio del defensor de los derechos humanos y atentó contra su vida, hiriéndolo con armas de fuego en tres ocasiones.
Por eso pocas voces se suman.
Como una reflexión, Óscar Loza Ochoa comenta acerca de la necesidad en el estado de que se sume gente nueva a la exigencia de justicia: los problemas no se han resuelto.
Y por el contrario, algunos problemas persisten pero otros surgen, como el de los desplazados y el de las personas víctimas de desaparición forzada.
Al respecto Óscar Loza insiste en que sí es necesaria sangre nueva en la lucha, hacen falta nuevas voces, gente con vocación de defensa.
“Falta una mayor sensibilidad social sin duda pues, aparte de la oficial, y pues yo espero que sobre todo jóvenes se sumen porque Meché y yo, yo en los 70 y ella arriba de los 80, sí se requiere sangre nueva sin duda”.
Y es que los esfuerzos del estado por la sensibilidad social se quedan en algunos mecanismos como la creación del Instituto para la Protección de Personas Defensoras de los Derechos Humanos y Periodistas.
Un candidato natural a dirigirlo era el mismo Loza Ochoa, pero su propuesta fue descartada por el mismo Congreso del Estado debido a un tecnicismo: un título universitario con antigüedad de al menos cinco años.
En contraparte se eligió a Jhenny Judith Bernal Arellano quien es profesionista en cargos burocráticos. Lejos de las luchas en las calles.
Y una vez formado el Instituto, el gobernador Rubén Rocha Moya realizó una crítica por la confección del presupuesto para su operación, llamando a la titular del organismo autónomo a replantearlo y “no exhibirse”.
“No se exhiban, no se exhiban con eso. Yo leí en los medios”, acusó el gobernador durante la conferencia semanera del lunes 22 de agosto.
Pero eso queda en el anecdotario.
La realidad que atraviesan los defensores de derechos humanos en el estado es difícil. Los nuevos cuadros que se suman son casi siempre familiares de personas víctimas de desaparición forzada.
Algunos las llaman rastreadoras y la constante es el peligro al que invariablemente se exponen, y muchas veces se desborda. La muerte.
Así el caso del asesinato de Rosario Lilián Rodríguez, integrante del colectivo de búsqueda de Personas Desaparecidas del Municipio de Elota y líder del grupo “Corazones sin Justicia”, ocurrido el 30 de agosto.
Ese es el más reciente pero la lista no es corta.
Entonces, la tendencia en la lista de personas defensoras de derechos humanos no es la de crecer, y quienes se suman son casi siempre víctimas.
Lo que tendría que suceder para que tanto en Culiacán como en Sinaloa, según el profe Loza, es precisamente la incorporación de nuevas generaciones a un linaje que en el estado cuenta cada vez con menos voces.
“Son los problemas, el que existan problemas y todo mundo dice que todas las sociedades les dan respuestas a los problemas que tienen, y uno de ellos debe ser precisamente la incorporación de nuevas generaciones para atender y gestionar la solución de ese tipo de problemas”.
Con información de Río Doce