Alguien tiene que decirlo 
Samuel Sarmiento 
Hoy, los más de 27 mil productores de maíz de Sinaloa están divididos en 2 grupos:
1. Por un lado, están los 20 mil productores que entraron al esquema de comercialización de SEGALMEX y del Gobierno del Estado con un precio de garantía de $6,965 para 2 millones de toneladas.
2. Y por otro lado, los 7 mil productores que quedaron fuera del esquema, quienes están rematando 4 millones de toneladas de maíz a $4,200 por tonelada.
Pero, hay algo que une a ambos grupos y es la presión por el vencimiento de los créditos de avío, que aunque tienen posibilidades de reestructurarlos, eso significará pagar más intereses.
Para dimensionar el atraso de los pagos, basta decir que el Gobierno Federal y Estatal han pagado sólo 1.3 millones de toneladas de maíz, por lo que están pendiente de pago más de 700 mil toneladas, que significan casi 8 mil productores, después de más de 3 meses que cosecharon.
Además, a muchos productores no les han pagado la cosecha completa al precio de garantía, porque la responsabilidad de distribuir los volúmenes al interior de las bodegas, se los dejaron a los mismos bodegueros, quienes están haciendo su agosto, por ejemplo, a un productor de 10 hectáreas que deberían de pagarle 110 toneladas al precio de garantía, les están liquidando una parte de su cosecha al precio de garantía y el resto al precio del mercado.
Las bodegas están distribuyendo “a su conveniencia” el volumen asignado, incluso hay productores que cosecharon en mayo y aún no les han pagado.
Por otro lado, los productores que quedaron fuera del esquema de comercialización están rematando su cosecha a $4,200 por tonelada, es decir, $2,765 abajo del precio de garantía.
Eso implica que dejarán de circular en la economía de Sinaloa alrededor de 10,000 millones de pesos, por la venta a precio de remate, del mejor maíz blanco del mundo, lo que impactará negativamente el resto de los sectores productivos y los empleos.
Con estos precios, muchos productores, ni entregando la totalidad de su cosecha, alcanzan a cubrir los créditos de avío, por lo que cientos caerán en cartera vencida o tendrán que vender su maquinaria agrícola para sacar adelante los compromisos financieros y sostener a sus familias hasta la siguiente cosecha.
Y para complicar más la situación, ciertas bodegas están pidiéndoles a los productores que retiren su cosecha, porque a partir de septiembre empezarán a cobrarles costos de almacenamiento, porque no hay compradores.
Pero, a estas alturas, ¿qué se puede hacer?
Gestionar un apoyo extraordinario de $1,000 por tonelada de maíz para las 4 millones de toneladas que quedaron fuera del esquema de comercialización. Con este apoyo, los productores podrían cubrir sus costos de producción y prepararse para el siguiente ciclo agrícola.
Concluyo con una reflexión, cada una de las 32 entidades federativas tienen una vocación productiva, así como hay estado altamente industrializados, como Nuevo León, Jalisco y el Estado de México y otros estados se dedican al turismo, como Guerrero y Quintana Roo, la vocación de Sinaloa es producir los alimentos que llegan a las mesas de los 129 millones de mexicanos y por lo tanto, necesitamos apoyos a la comercialización y en esta coyuntura, urge un apoyo extraordinario para evitar la quiebra de 7 mil productores de maíz, debido al fracaso del esquema de comercialización.
Por eso, le pregunto estimado lector: ¿conoce a algún productor que esté satisfecho con el esquema de comercialización de SEGALMEX? Yo no.
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