La Espinita

Andy S. K. Brown

  • Terremoto en Palacio Nacional
  • Infidencias de Carlos Salomón
  • Batres, pulque, baches, alebrijes

 

Hasta el viejo edificio virreinal debió cimbrarse el mediodía del martes cuando en redes, noticieros y portales comenzó a circular la carta manuscrita del reo Genaro García Luna.

Tras recibir las malas nuevas, López Obrador quizá se hincó debajo del marco de una de las añosas puertas y rezó La Magnífica.

Inesperado, como lo es un terremoto, llegó el golpe del ex secretario de Seguridad Pública de su némesis Felipe Calderón.

#NarcoPresidenteAMLO ¡otra vez!

Que sí, que hay videos, grabaciones, tanto aquí como en el otro lado de las relaciones peligrosas de quien ya va a dejar el cargo presidencial con personajes del crimen organizado que le habrían entregado recursos.

Y no sólo eso. También delator y falsario, pues el preso en Brooklyn lo acusa de haber orquestado, de la manita con las autoridades estadounidenses, de haber complotado para que lo arrestaran y, luego, liberarlo a los seis meses, luego de que hubiese puesto “el dedo” a políticos, empresarios, propietarios de medios e incluso periodistas que pudiesen estar relacionados con el narco y el blanqueo de recursos.

Y tras este sismo político de magnitud 7.9 en la escala de Richter, prosiguió el derrumbe de “el mejor presidente que jamás antes haya tenido México”, como no se cansan de decir sus seguidores, mayoritariamente recipiendarios de “apoyos” sociales, como si repitiéndolo hasta el cansancio la frase se volviera realidad.

¡Colapso total!

* * *

El también tabasqueño Carlos Salomón es el clásico corre-ve-y-dile que presume tener a un puñado de columnistas bajo su control. Infidente, chismoso, pues, cuando con malas artes de hizo de la dirección de Comunicación Social de Los Pinos, soltaba información que se suponía era confidencial a todo mundo.

Cuando Ernesto Zedillo se percató de la clase de personaje que tenía como comunicador lo puso de patitas en la calle.

Pero antes, para presumir su cercanía con el primer mandatario y con su paisano AMLO, platicaba que casi todas las noches de los domingos visitaba el domicilio de Copilco en donde entonces residía quien era dirigente nacional del PRD.

¿Y a qué iba?

Pues a cenar pasta que preparaba doña Rocío Beltrán, ya fallecida, y a entregarle a López portafolios llenos de dinero público que le enviaba Zedillo. Eso decía, porque quizá no iban tan llenos, luego de que él quizá los ordeñara. Tiene fama de “picador de ojos”, como dicen en el gremio periodístico.

Tan buena relación que tenían AMLO y EZP.

Ya está perdida.

¿También la descompondría Salomón?

* * *

Vergüenza debería darles a Martí Batres y a su antecesora Claudia Sheinbaum informar sobre el estado que guarda la Administración Pública de Ciudad de México.

Calles y banquetas destrozadas, sin siquiera el bacheo con chapopote que tanto les deja a sus bolsillos cada año… parques abandonados… callejones y hasta avenidas sin iluminación nocturna… semáforos sin sincronizar manejados por la honestísima corporación de tránsito… corrupción policiaca… inseguridad creciente… comercio ambulante caótico… restaurantes que han extendido su espacio hasta más allá de las aceras…

Y Batres informando ¡del pulque y los alebrijes!

Seis años de deterioro. Y todo apunta a que vienen seis más iguales o aún peores.

Ya los sufrirán usted y los suyos.

@AndySKBrown1

 

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