DOMINGRILLA

FRANCISCO CHIQUETE
Para esta semana santa en Sinaloa, el personaje político no fue ni el gobernador (o sólo a trasmano) ni los que le disputan el poder dentro de la institucionalidad de Morena. Lo fue el alcalde de Los Mochis, a quien se convirtió en centro de atención por las irregularidades aparecidas en sus cuentas públicas.
En realidad las acusaciones no son ninguna novedad. En los corrillos callejeros se comentan los mecanismos de obtención de dinero ilegal de la clase gobernante, y Gerardo Vargas Landeros es un hombre con muchos años de experiencia en la administración pública.
Desde los tiempos de la secretaría general de gobierno se hizo público el chiste de que el mochiteco había fundado una empresa constructora maravilla, que obtenía y canalizaba contratos envidiables. Se le llamó ingeniosamente con el acrónimo de dos apellidos. Ro-Var. Y no faltó quién se lo dijera.
La novedad es que hoy las investigaciones de la Auditoría Superior del Estado, ubican mecanismos de delitos muy similares a los que se atribuyeron a los alcaldes defenestrados de Culiacán y Mazatlán, Jesús Estrada Ferreiro y Luis Guillermo Benítez Torres, el Químico, lo que lleva a pensar que pudiera tratarse de un procedimiento para llevar a Vargas Landeros a la misma situación de sus excolegas.
Hasta el momento, el gobernador Rubén Rocha Moya no ha hecho ningún pronunciamiento directo, contundente, al respecto, algo raro en él, porque toda controversia le resulta apetitosa y le tira de la lengua hasta colocarlo en el centro de la discusión. Para decirlo en cristiano, su pecho no es bodega.
Cuando Rocha echó del gobierno al finado Héctor Melesio Cuén Ojeda, que ocupaba la secretaría de Salud, Estrada Ferreiro advirtió que el siguiente a descabezar sería Vargas Landeros, pues el plan rochista era deshacerse de los tres alcaldes principales de la entidad, que en su momento le disputaron la candidatura a gobernador, y también del propio Cuén, cuya situación derivó en el crimen más impactante para la política sinaloense en los últimos años.
Sea “compló” o no lo sea, el hecho es que las acusaciones han traído a estos tiempos la primera acusación de corrupción enderezada contra el gobierno en que GVL fue el verdadero operador político, el de Malova, quien antes de tomar posesión ya había contratado sin licitación una compra millonaria de patrullas y vehículos con el personaje al que Malova declaró como su “padre empresarial”. Nomás que en aquella ocasión quedaron impunes. Los antecedentes ahí están, y se pueden reunir muchos más.
KRAMER CONTRA KRAMER
Por asociación de ideas, el caso de Vargas Landeros pone en evidencia el enfrentamiento dentro de Morena, y cómo se expresa en el caso de Sinaloa.
En apoyo al gobernador Rubén Rocha Moya, el pastor morenista del Senado, Adán Augusto Hernández López está al pendiente y se interpone a las presiones que durante meses empujaron en el partido para derribarlo. El principal beneficiario ha sido el senador rochista Enrique Inzunza Cázares, a quien se le ha dado mucho juego en la Cámara Alta.
¿Eso es bueno o es malo? Muchos consideran que al gobernador le alcanza para permanecer en el cargo hasta el 2027, pero ya no para influir en la designación de su sucesor y que por el contrario, sus preferencias personales podrían equivaler a un “beso del diablo”.
Todo ello aderezado con un hecho contundente: Adán Augusto es el comisario político del lópezobradorismo. Si ganan la batalla en Morena para concretar el proyecto de Andrés Manuel junior, podrán revivir a sus muertos, pero si la presidenta logra endurecer el puño, no tendrán espacio ni como matraqueros, porque han actuado con mucha mala fe.
En la otra esquina de este ring Alfonso Ramírez Cuéllar encabeza una corriente de apoyo a la presidenta y da la batalla contra las decisiones más radicales del obradorismo, como tropezar y posponer la ley anti nepotismo.
Ramírez Cuéllar ha empujado a favor de la salida de Rocha Moya como elemento de distensión por el conflicto entre mayiza y chapitos, y al tiempo ha empujado por la designación de Vargas Landeros como gobernador sustituto.
Este diputado claudista se ha enfrentado incluso a los morenistas que tampoco quieren a Gerardo, e insiste en que sería un mal necesario que desbrozaría el camino a los aspirantes de la siguiente elección. Ese respaldo, curiosamente, agudiza los enconos contra el mochiteco.
Mientras esas cosas ocurren en las alturas, acá en la tierra -la de los once ríos secos- los balazos siguen sonando para llevarse vidas.
PLEONASMO:
DIPUTADOS MENTIROSOS
En los spots que paga la Cámara de Diputados para publicitarse en televisión, rdio y redes sociales, se asegura que la actual legislatura creó leyes para que nadie pueda reelegirse y para que ya nadie entregue el puesto a un familiar directo.
En primer lugar el “ya no” es falso. Una y otra medidas -no reelección inmediata y no al nepotismo- fueron aprobadas, pero posponiéndose hasta el 2030, de modo que los actuales diputados, diputados locales y alcaldes, podrán relegirse una vez más de aquí al 2030, y en algunos estados hasta dos veces.
Lo mismo ocurre con la prohibición que promovió Claudia Sheinbaum para que nadie entregue su puesto a un pariente directo.
De aquí al 2030, el amoroso padre Félix Salgado Macedonio podrá recibir la gubernatura de manos de su hija Evelyn Salgado; el cariñoso gobernador de San Luis Potosí. Ricardo Gallardo Cardona, podría entregar el mando a su distinguida esposa la senadora Ruth González Silva, quien ya se dijo dispuesta a aceptar la limitación, pero que “es el pueblo el que decide.”
El fraternal gobernador de Zacatecas, David Monreal, hermano de un gobernador anterior, Ricardo (que actualmente pastorea a los morenistas en la Cámara de Diputados), está aún en capacidad de ungir a su otro hermano, Saúl Monreal Ávila. Y así en otros niveles de gobierno.
La esperanza de los antinepotistas es que ya la presidenta de Morena, Luisa María Alcalde, dijo que su partido no promoverá candidaturas de parientes que vayan a suceder a parientes. Si puede lo hará, porque si bien la Fiscal de la Ciudad de México, Bertha María Alcalde, es su hermana, no fue porque ella hubiese dado línea a los diputados locales de la CDMX para que votaran por su hermana ¿o sí?.
Ni mucho menos están pensando que la candidatura de un Andrés Manuel para 2030, al margen de que él ya no estaría sucediendo a su famoso padre, sino a la doctora Sheinbaum. Cuestión de enfoques.

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