• Ya nos jodimos, autoritarismo llegó y a ver quién lo saca del poder

Miguel A. Rocha Valencia

 

Se los dije, la corcholata es más arbitraria que su patrón y como muestra de ello es su advertencia de que ningún amparo ni resolución de jueces, magistrados o ministros se interpondrán para alcanzar el poder absoluto y someter al poder Judicial a las decisiones del Ejecutivo. Si eso no es autoritarismo “disfrazado” de dictadura, entonces ¿Qué es?

Es decir que para quien es jefa del Ejecutivo no hay diálogo, reconsideración o argumento jurídico que valga para impedir el sometimiento a su gobierno a jueces, magistrados y ministros porque para ella la ley aplicable, es la que le dejó el ganso de Macuspana y ya.

Y así será por más argumentos jurídicos, sociales o económicos que le pongan enfrente, la obsesión por el poder del patrón no se detiene en consideraciones de ninguna especie pues además se sustenta en el mandamiento de que el poder se ejerce, no se comparte y desde luego en la máxima del tlatoani de “Yo Mando”. Mandamiento que incluye desde luego a la favorita del Rey cuyo rol en el gobierno es transmitir la ideología del tabasqueño y cuidar que sus instrucciones se cumplan a raja tabla, sin una sola desviación y si es posible con mayor vehemencia que el propio autor.

Porque para eso de poner jetas, cortar, descalificar a los interlocutores y dejar en claro quién manda, se pinta sola la científica, de lo cual da muestras en las mañaneras donde deja claro que no habrá quien le pregunte lo que no quiere o le disguste, aunque al final tenga el recurso de que el cuestionamiento sea una agresión o provocación. Con eso ya no está obligada a responder.

De ahí que ante los planteamientos incómodos o que simplemente no quiere responder sobre todo en seguridad, simplemente dice que “se está estudiando” o investigando y el consabido “iremos al fondo del asunto” como fue el caso del alcalde de Chilpancingo decapitado el fin de semana y a quien nadie cuidaba a pesar de que días antes fue asesinado el secretario general del ayuntamiento y poco antes el jefe de seguridad. Pero más allá del comportamiento que ya le conocemos a la president (a) está el hecho de que su agenda no es más que el seguimiento del legado del caudillo y su herencia política sin cambios, lo cual nos confirma que el ganso de Tepetitán logró lo que sus antecesores no pudieron, el Maximato o la transexenalidad y que el poder.

Nos muestra quien manda en realidad, aunque en la mañanera lo nieguen, los pasos, modos, parafernalia y dichos, son los del tlatoani y aunque la científica cuente con mejor preparación académica no va a variar. Si tuviera algún rasgo de autonomía, daría largas a los temas que preocupan no sólo a los mexicanos sin importar filiación, y a extranjeros para medir la temperatura del tema económico-financiero.

Y es que no está nada fácil lo que viene pues el sometimiento de instituciones no implica la solución de los temas de fondo del país especialmente el de inseguridad que se ve imparable con una sociedad inmersa en el sopor y el miedo en tanto que en lo económico las alarmas siguen prendidas. Tan es así que ante la demagogia no hay defensa pues simplemente si no se cumplen promesas no pasa nada, no habrá quien reclame sobre todo si al respetable se le reparte dinero gratis.

El tema es de dónde van a salir los recursos financieros especialmente para los programas sociales remasterizados e incrementados, así como para el pago de deuda e intereses, las obras anunciadas, los subsidios a las existentes y los déficits por falta de ingresos especialmente de Pemex y su pesado débito que gravita en el presupuesto del pues pueden llevarse la mayor tajada con poco más de 700 mil millones de pesos más lo que crezcan.

Como sea, aunque el recorte que está programado en los precriterios de Hacienda para el próximo año sea menos a los 850 mil millones de pesos, no hay por dónde se pueda reducir el déficit de este año del seis por ciento a un tres por ciento.

No hay manera y eso significará pedir prestado. Y si a eso le agregamos que la incertidumbre no hace factible la anhelada o anunciada inversión privada de casi 115 mil millones de dólares del sector privado nacional y extranjero, de dónde saldrá el dinerito para las grandiosas obras anunciadas.

El ingrediente confrontación social e inseguridad también gravitarán en la ecuación y para colmo si la posición gubernamental continúa como va, pues mejor preparémonos no para disfrutar la abundancia sino sufrir las premuras.

No hay diálogo nacional, a la corcholata no le importa pues se va a tratar de un monólogo donde sólo desde palacio Nacional saldrá la “palabra” y así las cosas a qué le tiramos los mexicanos, incluyendo los de la caja de aplausos. No habrá manera de que a los mexicanos nos vaya bien, aunque el gobierno consiga sus propósitos insisto, autoritarios.

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