El expresidente de Gobierno ha sido evidenciado por el mandatario mexicano en más de una ocasión por sus nexos con gigantes energéticos que tienen postrado al consumidor español. Felipe González, quien ganó cargos públicos como socialista, es parte de la élite de políticos de España que primero desregularon el sector energético y entregaron la electricidad a los grandes conglomerados, y luego se rindieron a sus salarios. Como Felipe Calderón en México.

 

Ciudad de México, 18 de noviembre (SinEmbargo).– Felipe González, expresidente del Gobierno español, dijo hoy que Andrés Manuel López Obrador es más un “predicador” que un Presidente y aseguró que “se sometía a todo lo que le pedía” Donald Trump “pese a los insultos que profería contra el pueblo mexicano”.

Durante una charla con el escritor y periodista mexicano Jesús Silva-Herzog Márquez, González consideró que no hay ninguna propuesta de políticas públicas que reviertan los problemas de desigualdad en México. “En ese sentido es más un predicador que un Presidente”.

Europa Press cita: “González ha criticado el ‘mar de contradicciones’ que hay en sus discursos además de algunos ‘gestos’ que incluso ‘contradictoriamente han fragilizado las atenciones sanitarias’ durante la pandemia de coronavirus. En este punto, ha lamentado que el Presidente mexicano no haya dado ‘pasos serios’ en la redistribución del ingreso para que la democracia mexicana sea incluyente y minimice la fractura que hay entre el ’60 por ciento de la población que vive fuera del sistema y el México del 30 o 35 por ciento que vive en el siglo XXI’”.

“Referente a la relación de AMLO con el exmandatario estadounidense –continúa Europa Press–, González ha admitido que le sorprendió ya que ‘no sólo no lo confrontaba’, sino que ‘hacía lo que le pedía Trump’, asumiendo así un papel de ‘guardián’ en el control de la frontera sur o el control de la inmigración a pesar de los insultos que Trump hacía al pueblo mexicano, ha ejemplificado. ‘No le vi nunca una reacción nacionalista en el sentido más tradicional de México frente a Trump. Esa fue otra de las cosas que me chocó’”.

Las críticas de González no vienen de la nada. El Presidente López Obrador no ha sido suave con él y con otros expresidentes y exministros a los que ha evidenciado por recibir altos salarios de empresas energéticas mientras que los españoles pagan altos recibos de electricidad porque, cuando estuvieron en el cargo, éstos mismos políticos entregaron el sector a los fondos privados.

Las críticas no son sólo en México. En España, González y otros políticos autollamados “de izquierda” son fuertemente señalados por beneficiarse con salarios de las empresas energéticas privadas que tienen en un puño a los españoles.

“La lista de personajes que sientan o han sentado sus posaderas en los mullidos sillones de, por ejemplo, Endesa, Naturgy o Iberdrola es apabullante. Y debería producir sonrojo en una sociedad en la que la ética tendría que prevalecer frente a la estética. Expresidentes del Gobierno, como el socialista Felipe González o el conservador José María Aznar, encabezan el listado que completan exministros de los sucesivos gobiernos de uno y otro signo, así como otros antiguos altos cargos, diputados o consejeros autonómicos”, escribió en ElDiario.es el periodista Manuel Segura Verdú a principios de este año.

En Endesa han sido empleados, aparte de Aznar –estuvo entre 2010 y 2014–, ministros que fueron del Partido Popular (de derecha) como Luis de Guindos o Pío Cabanillas, junto a seres eternos de la política, como el franquista Rodolfo Martín Villa o la vicepresidenta del Partido Socialista Obrero Español Elena Salgado.

“También encontramos al popular Manuel Pizarro o al exconvergente y padre de la Constitución, Miquel Roca i Junyent. En Naturgy, antigua Gas Natural Fenosa, hallamos a Felipe González “fichó en 2011 y se marchó en 2014– acompañado de exministros socialistas, como el que fuera vicepresidente de su Gobierno, Narcís Serra, o Cristina Garmendia, mientras otro vicepresidente, Pedro Solbes, se situaba en la compañía Enel”, escribió Segura.

En Iberdrola, otra de las grandes, “encontramos al popular Ángel Acebes o al peneuvista Juan María Atutxa, así como al socialista Javier Solana en Acciona o a la también popular Ana Palacio en HC Energía. Es solo un muestreo de por qué las eléctricas gozan de tan buena salud en España, en especial desde que en 1997 se liberalizó un sector regulado hasta entonces por los sucesivos ejecutivos, que a la postre eran los que establecían los precios. Y es que los datos resultan harto elocuentes: tres de cada diez ministros de los gobiernos de González, Aznar y Zapatero encontraron acomodo en empresas privadas tras su paso por el Ejecutivo, saltando sin rubor alguno del sillón del Consejo de Ministros al de uno de Administración”.

El pasado 7 de octubre, la periodista Monserrat Antúnez escribió en SinEmbargo: “La crisis energética en España, país que este miércoles alcanzó un récord histórico del precio mayorista de la luz, abre el debate sobre el poder de las gigantes eléctricas y el respaldo que le ha dado el poder político a través de la llamada ‘puerta giratoria’. Precisamente, el alcance de esta industria privada es tal que ha sumado a sus filas a más de 20 exministros y tres expresidentes del Gobierno español”.

En México sucede algo similar, agrega el reportaje de SinEmbargo: “Las empresas han contratado, durante años, a políticos, como al expresidente Felipe Calderón y a su Secretaria de Energía, Georgina Kessel, con remuneraciones anuales de miles de dólares y euros. En el último mes empresas como Naturgy, EDP, Endesa e Iberdrola amenazaron al país europeo con detener la producción de las centrales nucleares e incluso replantear su política de inversiones, como anunció esta semana Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola”.

En México, el Presidente López Obrador envió al Congreso una iniciativa que propone limitar la participación de las privadas para “que no pase lo que está sucediendo en España”.

Exfuncionarios encuentran en la “puerta giratoria” —el pasar del Gobierno a la industria privada— beneficios que se traducen en pagos anuales mínimos de 63 mil dólares, como en el caso de Luis Téllez con Sempra Energy, y alcanzan los hasta 505 mil euros, según muestra la compensación recibida por Georgina Kessel en 2018 por ser consejera independiente de Iberdrola.

Los años del expresidente Felipe Calderón como consejero de Avangrid, los de la exsecretaria de Energía Georgina Kessel en Iberdrola, de Carlos Ruiz Sacristán, exsecretario de Comunicaciones y Transportes, en IEnova y Sempra Energy, así como la gestión de Luis Téllez, exsecretario de Energía y Comunicaciones y Transportes, también en Sempra Energy son ejemplo de la connivencia entre el poder político y las gigantes energéticas en México. Y eso lo ha denunciado López Obrador. Algo que Felipe González no le perdona.

 

–Con información de Europa Press

 

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