La inflación sorprendió a la baja durante la primera quincena de marzo, con un resultado menor al esperado, pero aún por encima del objetivo del Banco de México (Banxico). Por esta razón, los analistas no prevén que el banco central relaje su postura y entregue un nuevo incremento de 25 puntos base en la tasa de referencia en la reunión de Política Monetaria del próximo jueves.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), dio a conocer que durante la primera quincena de marzo, la inflación sorpresivamente bajó, y a tasa anual se desaceleró de 7.48 a 7.12 por ciento, el nivel más bajo desde enero de 2022 y suma su mayor descenso de las últimas 7 quincenas.

Aún con este resultado, que es el más bajo de las últimas 27 quincenas, la inflación suma casi dos años fuera del objetivo de estabilidad de precios del Banxico que es de 3 por ciento con margen de error de un punto porcentual.

Finamex explicó que, nuevamente, las cifras son positivas a primera vista en la medida en que la trayectoria descendente de la inflación general gana impulso; no obstante, tanto la inflación general como la inflación subyacente se ubican en niveles “extremadamente” elevados.

Banorte espera que el resultado de hoy simiente la señal del Banxico de que podrían reducir el ritmo de alzas en su próxima reunión. “No obstante, no declararán victoria en su pelea contra la inflación, con un camino largo antes de que regrese a su rango objetivo”, declaró la empresa financiera.

En este sentido, anticipan un incremento de 25 puntos base en su decisión de la próxima semana, llevando a la tasa de referencia a 11.25 por ciento. Además, el área de análisis de Banorte, a cargo de Alejandro Padilla, no descartó aumentos adicionales tras esto.

“Aunque reconocemos mayores dudas sobre un mayor apretamiento de los bancos centrales en el mundo (particularmente del Fed) debido a los riesgos para la estabilidad financiera”, explicó.

En línea con esto, Invex anticipó un incremento similar de la tasa de referencia en la próxima reunión de Política Monetaria el 30 de marzo, pero el Banxico podría moderar su postura mientras la inflación mantenga una trayectoria de baja.

Este patrón podría seguir dando vuelo a la percepción de que la inflación mexicana es determinada cada vez en mayor proporción por factores de origen interno, que derivan en un mayor empuje de la demanda, como el incremento en los salarios, los montos de las transferencias y, en general, el aumento en la oferta monetaria.

A partir de lo anterior, es de llamar la atención la poca representatividad de las cifras respecto a las variaciones que presentaron la mayoría de los rubros.

Incluso, 13 de las 16 categorías en la clasificación por objeto del gasto tuvieron incrementos mayores al de la inflación general, y 10 de ellas tuvieron un resultado mayor a 7.00 por ciento en términos anualizados, por lo que la preocupación por la dinámica de precios sigue siendo justificada.

Además de los aumentos en las tarifas del transporte público en algunas ciudades, destacan categorías como las del vestido, bebidas y esparcimiento, pues son algunas de las que también están más asociadas a las presiones de la demanda interna.

En tanto que el índice de precios no subyacente, que incluye agropecuarios y energéticos, pasó de 5.37 a 4.15 por ciento, como consecuencia del descenso de la inflación anual de agropecuarios y de productos energéticos.

BBVA prevé que la inflación general cierre 2023 en un nivel de 4.8 por ciento, y que la inflación subyacente cierre 2023 en un nivel de 4.7 por ciento.

Dichas previsiones son más optimistas con respecto al consenso  de analistas el cual ubica el nivel de cierre de la inflación subyacente en 5.3 por ciento, y esperan que sea durante septiembre que la inflación general se ubique por debajo del 5 por ciento.

Con información de Milenio

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