Ricardo Monreal, coordinador de Morena en el Senado, aseguró que el partido ganará la elección presidencial de 2024, pero advirtió que la contienda interna por la elección del candidato podría poner en riesgo el triunfo del movimiento.

“La contienda interna nos puede hacer que se ponga en riesgo el triunfo; (…) la terna real es Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y el de la voz, y voy a ganarles a la buena en una elección primaria, pero sí puede haber riesgos, porque si no hay apertura, hay ruptura. Si hay imposición, hay división”, afirmó.

Al participar en una plática con estudiantes de Nuevo León, el aspirante presidencial dijo que Morena “se cuelga de la presilla del pantalón” del presidente Andrés Manuel López Obrador para no caerse, porque “le falta vida propia y autonomía”.

Admitió que aún falta un largo tramo para la contienda electoral: “yo pienso que la convocatoria para elegir presidente se expedirá hacia agosto-septiembre de 2023, es decir, en 20 meses, aproximadamente, y si no hay cuidado y si hay fractura o ruptura, puede haber riesgo”.

Destacó que en los partidos de oposición no hay una figura que los pudiera representar, “todos tienen respetables personalidades, pero no los veo adelantados como en Morena, y la oposición está en la búsqueda de sus propias personalidades, pero sí los factores disruptivos pueden generar problemas al interior de Morena que pongan en riesgo la elección”.

El presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) señaló que no ve a su partido como un “instrumento político de la sociedad con actualización, vigor o acompañamiento del Presidente.

Antes, dijo que Morena debe fortalecer sus estructuras estatales y sus dirigentes tener mayor locución social y presencia, si quiere refrendar el triunfo del 2018 en elecciones del próximo año.

En conferencia de prensa, detalló que el partido sobrevive y se mantiene arriba en las preferencias por el Presidente de la República, no por el trabajo de base territorial de las y los dirigentes, “el Presidente arrastra al partido”.

En ese tenor, pidió a las y los militantes recordar que López Obrador no estará en las boletas en el 2024, por lo que se deben preparar para enfrentar el proceso como partido. En estados importantes, como Nuevo León, denunció, están dispersas las fuerzas políticas que apoyan al movimiento.

“No podemos depositar todas nuestras esperanzas de triunfo sólo en el Presidente de la República; tenemos que hacer nuestro trabajo territorial”, sentenció. Sin embargo, subrayó que aún hay tiempo para rectificar el rumbo e impulsar el trabajo partidario para lograr la unificación.

“Si el partido y sus aliados caminan en unidad, no hay manera de que nos ganen en las elecciones del 2024. Sólo pido democracia, si pierdo en un proceso con reglas claras y transparentas, aceptaré la derrota; pero hasta este momento, no acepto las encuestas como método de selección”, agregó.

Insistió en que no confía en este proceso, ya que fue víctima de ellas y de su falta de claridad y transparencia, además de que se trata de un método desgastado y desconfiable.

El senador recordó que renunció al PRI cuando en 1997 se le cerraron las puertas para participar por la gubernatura de Zacatecas. En ese sentido, dijo que diversos militantes de Morena dejaron sus partidos anteriores por la falta de democracia, por lo que sería un despropósito que el movimiento se cerrara.

 

Con información de Milenio

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