En días pasados el presidente nacional del PAN Marko Cortés fue difundido en cadena nacional en una conversación en la que reconocía expresamente que iba a perder cinco de seis gubernaturas, que solo les iba a alcanzar para ganar Aguascalientes; las reacciones en senadores, diputados, el gobernador de Aguascalientes fueron públicas en el sentido de reprobar el comentario de su dirigente, no que se haya equivocado en el pronóstico en el cual coinciden, el reproche es haberlo externado.

El PAN padece de una errática conducción política por parte de una generación de Juniors que se ha apoderado de las estructuras de dirección, con ello las candidaturas y prerrogativas, son los nuevo tecnócratas del sistema caduco, niños fresas que no logran descifrar la realidad social, para ellos el hacer política es con todo el glamour de sentirse una estirpe política superior, es el corte de Ricardo Anaya quienes conocen solo las capitales de los estados, viajan en avión llegan a hoteles de lujo, los viáticos y dispendio millonario para su manutención diaria son parte de su mentalidad elitista.

Ellos asumen que desde la producción de video series narrando sus historias de rabia en las que calumnian y ofenden al presidente van a organizar la insurgencia social que les permitirá emerger una fuerza electoral capaza de derrotar al régimen naciente, desde la comodidad de un sofá, detrás de un celular, posteando en sus redes sociales ellos creen que ganaran elecciones, ese es su concepción de hacer política, sin el mayor esfuerzo.

El Partido Acción Nacional tuvo en algún tiempo personajes con toda autoridad política y moral, un Manuel Gómez Morín, un Manuel Clouthier, Castillo Peraza, gente pensante que asumía posturas valientes frente al régimen priista en la lucha por la democratización del país, personajes que se paraban frente al poder a desafiar y lo enfrentaba con todo lo que implicaba de riesgo; pero se fue descomponiendo, se corrompió su lucha que exigía elecciones libres, pactaron y se volvieron parte del régimen, cogobernaron y se aliaron para encumbrar al modelo neoliberal y saquearon juntos al país.

Hoy son aliados electorales cuando es su momento se acusaron mutuamente de corrupción, en esas disputas bipartidistas el PRI acusaba al PAN y el PAN al PRI de corruptos, hoy han estado apareciendo juntos en la boleta electoral aunque siempre lo han hecho en las coyunturas legislativas, en su mente no les pasa que la ciudadanía eso no lo toma en cuenta, siguen disminuyéndose solos con esas posturas y ofertas políticas, aunado a ello, una ausencia de liderazgos auténticos, genuinos que realmente arrastren adeptos, que se paren frente al poder a proponer alternativas en las políticas públicas que se están instaurando, no hay nada de eso ni lo habrá, no tienen propuesta ni liderazgos porque no tienen idea de lo que está pasando en la sociedad mexicana, están lejanos de esa realidad y no le entienden.

En el caso de Durango y Tamaulipas, el PAN tiene complicaciones adicionales debido a un desgaste de gobierno, escándalos de corrupción, incumplimiento de expectativas, una significativa calificación reprobatoria en la que lo pone como bien lo describe su presidente nacional, en una imposibilidad de ganar la elección a la gubernatura en 2022 aun y yendo con el PRI que conforme pasan las semanas se achica más electoralmente, pero ellos mismos traen sus fantasías políticas, saben que no ganarán, y algunos priistas se sienten empoderados pensando que los cargos son eternos y pueden ensoberbecidos desafiar la fuerza política y social que los podrá hasta meter a la cárcel.

 

Con información de Milenio

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