DOMINGRILLA

¿HABRÁ JUSTICIA EN EL ESTADIO?
ROCHA MOYA SE DECLARA PLURAL
EL CONFLICTO EN EDUCACIÓN
ESTRADA, EL QUÍMICO Y SUS LENGUAS

FRANCISCO CHIQUETE
Como si al país le faltasen motivos de tensión y enojo, ayer se produjo un desastroso episodio en el estadio Corregidora de Querétaro, donde las porras de los equipos Gallos (locales) y Atlas, se enfrentaron en una campal espantosa, a propósito de nada. No es la primera vez que se impone la sinrazón, pero cada vez es más obvio que algo le está pasando a esta sociedad, que lo mismo incurre en pleitos salvajes que en linchamientos abominables.
Para colmo están las redes sociales, en las que con velocidad de rayo circularon videos que exponen cuerpos tirados entre las graderías, golpizas irracionales, terror entre gente imposibilitada para hacer algo como no sea tratar de salvarse, y la versión de 17 ó 18 muertos que arraigó entre los medios formales, para luego ser desmentida por las autoridades, que “limitaron” el saldo a 22 heridos, dos de ellos de gravedad.
Esto es algo que viene de tiempo atrás y que se alimenta de la impunidad. Antes el gobierno dejaba hacer y dejaba pasar, por ineficiencia, por comodidad, porque actuar contra la gente era políticamente costoso, aunque hubiese violaciones graves a la ley, a la dignidad humana y a la vida. Todo ha continuado en el presente, con una diferencia: esa combinación de disimulo e ineficiencia hoy es política de gobierno, con la idea de que “no se debe reprimir al pueblo”.
Como siempre ocurre en estos casos, el gobernador queretano Mauricio Kuri aseveró que no habrá impunidad. Es muy importante que esta vez no la haya, pues de lo contrario estará amenazada para siempre la convivencia en los estadios y otros centros de reunión.
Y no lo veamos muy lejos o ajeno. Ese tipo de fenómenos es frecuente en los estados del sureste y en los alrededores de la capital, pero en Sinaloa hemos tenido episodios. En 2004, asistí con mi familia al estadio de Dorados para presenciar la final de futbol entre Dorados y León, en que se definiría el ascenso a primera división. Hubo que ir al baño y aunque el ambiente en el estadio era tranquilo, en ese lugar encontramos que un grupo de aficionados leoneses estaba siendo rodeado y hostigado por sinaloenses, sólo por el hecho de traer camisetas de su equipo. Lo peor es que nadie estaba dispuesto a intervenir, hasta que un grupo de hombres mayores se decidió a exigir a los agresores que se tranquilizaran. Hasta entonces el marcador iba cero a cero. Si hubiésemos estado abajo, la madriza habría sido inevitable e inclemente.
Pero esas son pecatas minutas. Sólo hay que recordar las vendettas a balazos que se han armado con dolorosa frecuencia en las calles de nuestras ciudades y ue hoy se repiten por diversos rumbos del país.
Al margen de a quién le toque, esta vez, aunque sea sólo esta vez, tiene que ser diferente, tiene que haber justicia por encima de las conveniencias políticas.
ROCHA. GOBIERNO PARA
TODA LA SOCIEDAD
El gobernador Rubén Rocha Moya se reunió ayer en Guasave con grupos políticos de esa localidad, en la casa de un exdirigente priísta. Antes que corrieran las versiones sobre cooptaciones, el mandatario dijo que él gobierna para todos, que busca un ejercicio plural en beneficio de la sociedad.
Este ejercicio empezó en Mazatlán, donde Rocha se reunió con el excandidato priísta a alcalde, Fernando Pucheta, cuyo equipo de trabajo lo recibió incluso con entusiasmo, sin que nadie le ofreciera cambiar de marca y sin que él mismo lo solicitara. A pesar de las reticencias y enojos de muchos morenistas, el encuentro fue exitoso y productivo para ambas partes, al menos en lo referido a la imagen y proyección política. Aquí se dijo que el encuentro con Pucheta fue para enviar mensajes al alcalde Luis Guillermo Benítez Torres, con quien hay profundas diferencias, pero en Guasave no se puede decir eso, porque el presidente municipal guasavense, Martín Ahumada Quintero, fue impulsado y hasta impuesto por Rocha como candidato, afectando a figuras importantes como la exalcaldesa Aurelia Leal, quien ya daba por hecha su postulación para reelegirse.
El propósito pluralista parece ir ganando terreno, pero el gobernador todavía necesita convencer de ello a su propio equipo, que lo ha metido en algunos berenjenales precisamente por insistir en la imposición de políticas cerradas a los círculos y posiciones morenistas, como es el manejo de los asuntos educativos.
EL PARO QUE TODOS QUERÍAN
El jueves pasado, la sección 27 del SNTE se lanzó a un paro de labores en protesta por violaciones de la subsecretaría de educación básica a los derechos de los trabajadores. Fue un paro anunciado con anticipación, pero nadie pareció interesado en evitarlo. Las autoridades simplemente dejaron correr las cosas, quizá pensando en medir las fuerzas de sus oponentes, o incluso con la certeza de que fracasarían.
Y sucedió como en los debates entre candidatos a puestos de elección popular, cuando los equipos tienen elaborado con anticipación el boletín en que dan a conocer el triunfo avasallador sobre los contrarios. El jueves por la tarde, el sindicato habló de un paro sumamente exitoso, con más de dos mil escuelas sin clases, mientras la Sepyc dijo que había sido un fracaso, que hubo actividades normales en casi todos los planteles.
Lo que nadie hizo fue tratar de detener el paro, porque aquí lo que contó es demostrar que había poder político, sin que nadie pensara un poco en los alumnos, que después de dos años de pandemia enfrentan un rezago educativo todavía más pavoroso del que ya registraba el país.
Ni la Sepyc hizo algo por negociar las diferencias, ni el sindicato trató de que los funcionarios vieran la posibilidad de un arreglo.
La secretaria Graciela Domínguez aseveró que se trataba de un paro sin fundamento, ignorando los reclamos de la parte sindical. Los dirigentes magisteriales hablaron de derechos violentados, aunque al final quedó claro que querían la cabeza del subsecretario de Educación Básica, Horacio Lora Oliva.
Tradicionalmente, los gobiernos entrantes se ponen de acuerdo con las secciones sindicales y les conceden espacios en la nomenclatura educativa a cambio de gobernabilidad. En esta ocasión no fue así: ejerciendo su derecho, la nueva administración designó por si y ante si a los nuevos funcionarios, no sólo sin considerar al sindicato, sino buscando un perfil que lo enfrentara, que le demostrara cómo iban a cambiar las cosas.
Nadie le puede reclamar legalmente a la secretaria la designación de Horacio Lora, exdiputado local morenista, licenciado en educación media con especialidad en psicología, aunque políticamente se puede considerar como una verdadera provocación.
Ya doña Graciela Domínguez había conocido de primera mano hasta dónde puede llegar una confrontación con los profes, con los líderes charros, como se les identifica en el círculo morenista. Tratando de hacer justicia poética en el caso de un intendente muerto en Mocorito. Lo sustituyó con la viuda, a quien así amparaba en la desgracia, sin considerar que existe un escalafón, que hay gente con derechos esperando una oportunidad. Por supuesto, se le vino el conflicto encima.
La respuesta fue un insensato involucramiento en las elecciones de las secciones 27 y 53, donde la incipiente administración se lanzó a apoyar a candidatos opositores pensando que si acababan de ganar las elecciones generales, con una paliza a los demás partidos contendientes, en estos procesos sindicales también arrasarían, pero fracasaron estrepitosamente. Ahora en lugar de buscar arreglos legítimos para sacar adelante la tarea, endurecen la mano y terminan por convertir en víctimas a quienes a lo largo de la historia han considerado como villanos corruptos, maniobreros y descarados.
A Rocha le urge inyectar en su equipo el concepto de la pluralidad. O por lo menos, del sentido común.
ESTRADA FERREIRO BAJO
PRESIÓN… DE SÍ MISMO
¿Hasta dónde llegarán las presiones sobre el alcalde de Culiacán, que ya rompió las últimas y exiguas conexiones que tenía tendidas entre el cerebro y la lengua? Lo peor del caso es que las presiones vienen de sí mismo, de su propensión a decir barbaridades y pretender que se tomen como verdades teológicas.
Ante un fenómeno tan lamentable y condenable como los feminicidios y la violencia ejercida contra la mujer, el alcalde se pone a teorizar si no justificaciones de cada hecho, sí defensas de la policía ante los reclamos por impunidad. Las mujeres, dijo, propician que les causen daño, porque ya siendo víctimas aceptan cualquier invitación para conciliar, van a donde está el hombre armado y luego reclaman a la policía porque no está en el momento de los hechos.
Lo que se reclama en realidad es la falta de resultados en las investigaciones, y el efecto posterior de la impunidad: que se considere fácil incurrir en la violencia hacia la mujer, e incluso asesinarlas, sin pagar consecuencias. Pero a Estrada Ferreiro se le enredan las cosas y termina enfurecido aseverando que los medios lo tergiversaron, y los sentencia a seguir diciendo pendejadas.
Su cierre es de antología: no me retracto ni pido disculpas (por lo de las mujeres), me vale madre.
Todo un señorón a quien hasta en su partido detestan (y eso que ahí tienen varios de esos).
EL QUÍMICO, COMO LAYÍN
A propósito de esos ejemplares: en Mazatlán no se cantan mal lar rancheras.
El alcalde Luis Guillermo Benítez Torres, exultante por su éxito carnavalero, rindió un homenaje al prototipo de la política contemporánea, Hilario Ramírez Villanueva, más conocido como Layín.
Como mucha gente sabe, Layín saltó a la fama mundial después de haber sido alcalde de San Blas Nayarit. Al presentarse como aspirante a un nuevo puesto de elección popular, se sinceró con palabras que quedaron para la historia de la picaresca: (siendo alcalde) sí robé, pero poquito.
El Químico Benítez, celebrando lo que ante sus propios ojos fue un éxito atronador, admitió que después del carnaval Mazatlán sí presentaría un repunte en sus niveles de contagio del Covid 19, “pero poquito”.
No importa que cada contagio implique un riesgo incluso de muerte. Eso es lo de menos. Lo importante es la fiesta y sobre todo la economía en todas sus vertientes.
El homenaje, por supuesto, es en referencia a los contagios, que subirán “poquito”, no en el sentido en que lo dijo Layín (robé pero poquito”). El Químico nunca ha sido ni modesto ni contenido, siempre hace las cosas a lo grande, como el carnaval.

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