IDEAS PARA EL CAMBIO

Aarón Sánchez

sanaaron@gmail.com

Existe grave escasez de liderazgos políticos de oposición. Así quedó claro después de la marcha ciudadana del pasado 13 de noviembre. Nada interesante se ha logrado organizar desde entonces. La marcha se disipó, y con ello también el entusiasmo social generado. No hay dirigentes que indiquen nuevos rumbos, tareas, o acciones novedosas. Rápidamente se perdió todo lo ganado.

 

Nadie capitalizó un acontecimiento relevante: el ciudadano se dio cuenta de que en realidad tiene mucho más poder del que le han hecho creer. Pero la condición es saber sumar. Sumar a gente normal, a gente sencilla, al ciudadano común y corriente, al que está decepcionado de los partidos y ve que la política ha sido poco útil para mejorar sus condiciones de vida.

 

Aun así, hoy se percata del acelerado deterioro económico, social, cultural y político del entorno que le rodea. Las ciudades se encuentran con la infraestructura destrozada. Calles con baches, llenas de basura, obscuras y altamente peligrosas. Las actividades culturales son mínimas. Las escuelas están en el abandono, los hospitales no dan servicio por falta de equipamiento y medicinas.

 

No hay crecimiento, desaparecen empleos, cierran empresas y los salarios disminuyen. Aumenta la pobreza y la desigualdad social. Solo se vende esperanza de futuro. Se insiste en la promesa de grandes inversiones que nunca llegan. Pero el discurso de gobernantes, y en los informes de gobierno, solo se habla de progreso, avance social y desarrollo económico. Pero todo es ilusión. El futuro de prosperidad cada vez está más lejos.

 

Si el gobierno no puede, o no quiere impulsar la transformación, ahora es momento de construir una plataforma realmente ciudadana. Convocar a vecinos, desempleados, trabajadores con bajos salarios, usuarios del transporte público, amas de casa, estudiantes, profesionistas, comerciantes y pequeños empresarios, a construir un espacio público donde se incorporen todos los que quieran participar.

 

La idea es tomar la iniciativa y demostrar que las cosas sí pueden hacerse de otra manera. La gente está harta de perder y de que no se le tome en cuenta para nada. Está decepcionada de la falta de acción por parte de su gobierno, de los diputados, senadores y partidos que dicen representarle. Por eso es necesario sumar a todo tipo de fuerzas sociales para hacer las cosas de manera diferente.

 

Se tiene que generar un motivo genuino para la unidad, y convocar a partidos, pero sobre todo a organizaciones civiles, gremiales y profesionales, así como a sindicatos y ciudadanos. Hay que irrumpir con fuerza en el escenario político-electoral.

 

La clave está en juntar a mucha gente distinta, y construir confianza. Como sociedad, tenemos que empezar a hablar del Estado que queremos, y también del Estado que no queremos. Son necesarios nuevos liderazgos sociales para estar en condiciones de usar el poder ciudadano en defensa del bien común.

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