IDEAS PARA EL CAMBIO

 Aarón Sánchez

 

La reforma electoral es lo que sigue. El gobierno quiere quitar el control a los partidos y aprovechar la nueva mayoría legislativa que tiene Morena, ahora que PRI y PRD están de su lado. Pero, ¿Qué tipo de reforma electoral se pretende llevar a cabo? Hace algunos meses AMLO presentó su propuesta, y seguramente exigirá que se apruebe “sin cambiarle ni una coma”.

 

Habrá que admitir que contiene temas muy necesarios y urgentes. Aunque también incluye asuntos que constituyen una regresión política. Por algo Porfirio Muñoz Ledo ya la calificó como una verdadera “mamarrachada”.

 

Lo central de la propuesta presidencial, consiste en modificar el INE, quitándole la función de fiscalización de ingresos y gastos de los partidos. También se pretende que los consejeros electorales sean nombrados mediante voto universal, y reducir su número de 11 a 7. Todos los cargos de elección serían mediante lista general, por lo que ya no habría legisladores uninominales ni plurinominales.

 

El número de diputados federales se reduciría a 300 y el de senadores a 96. Las entidades con menos de un millón de habitantes tendrían 15 diputados locales, y uno más por cada medio millón adicional. Los municipios con más de un millón de habitantes tendrían 9 regidores. Entre 690 mil y un millón, 7 regidurías. Entre 370 mil y 690 mil, 5 regidores. Entre 60 mil y 370 mil habitantes, tendrían 3 regidurías, y los municipios con menos de 60 mil habitantes solo tendrán derecho a un regidor.

 

Adicionalmente, la propuesta de AMLO es que exista una sola ley electoral para todo el país. Se extinguirán las OPLES. Se disuelven los tribunales electorales, y se elimina el financiamiento a partidos políticos, con excepción en el año de campañas electorales donde sí recibirían recursos públicos.

 

Como puede observarse, la propuesta de reforma electoral generará múltiples controversias. Más aún, cuando algunos diputados pretenden incluir también la reelección presidencial. Durante las próximas semanas abundarán los pronunciamientos.

 

Pero sí es necesario modificar la Ley, y profundizarla en ciertos temas. La propuesta gubernamental recoge algunos reclamos de la ciudadanía. Por ejemplo, tener menos diputados, senadores, diputados locales y regidores. También que haya menor financiamiento a partidos. Todo ello es positivo. Pero faltaría reducir más el número de senadores y el tiempo de campañas. También elevar a 5% la votación mínima a los partidos, e incluir la segunda vuelta electoral para garantizar gobernabilidad.

 

La reforma electoral debe elevar la calidad de la política. México necesita una democracia sólida y con capacidad para generar verdaderos cambios. De nada sirve tener partidos debilitados, sin credibilidad, ni propuestas, y sin influencia pública. Hoy la vida política está llena de pigmeos y la sociedad está paralizada. Y esta es una buena oportunidad para revitalizar la vida política nacional.

 

sanaaron@gmail.com

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