En la tercera ronda de exposiciones de los candidatos a la dirigencia del sindicato de Petróleos Mexicanos, volvió a concentrarse la atención en la urgencia de arrebatar el control al grupo de líderes que encabezan Carlos Romero Deschamps y Ricardo Aldana.

Los participantes en el foro, que abrió el presidente Andrés Manuel López Obrador al final de su conferencia matutina, expusieron sus propuestas e iniciativas tendientes a la modificar la estructura sindical vigente.

En su turno, José Luis Gómez adujo que ahora los trabajadores petroleros “tenemos el poder de elegir libremente a nuestro representante; no podemos permitir que sigan violando nuestros derechos ¡ya basta!”

El candidato propuso un nuevo orden social “basado en los derechos de los trabajadores; erradicar la corrupción: garantizar que no habrá represalias después de ejercer el voto; no podemos permitir el maltrato a los trabajadores transitorios; y extirpar el charrismo sindical.”

Después Pablo González de los Santos reclamó que en el actual proceso de cambio en la dirigencia no hay piso parejo: “ya estuvo aquí Ricardo Aldana es un trabajador de planta, pero de confianza. Que Pemex aclare porque está interviniendo, porque no solo están participando los trabajadores sindicalizados.”

Recordó que Aldana, junto a Carlos Romero Deschamps armó el fraude conocido como el Pemexgate, por el cual el sindicato petrolero transfirió mil 850 millones de pesos -de fondos públicos- a la campaña presidencial de Francisco Labastida Ochoa en el año 2000, y el caso sigue sin resolver, y menos sin castigar a sus operadores.

Después, Gerardo Malagón, adicionó otro reclamo a la cuestionable y corrupta dirigencia de Romero Deschamps: “nos traicionó. Me comprometo a realizar la Convención Nacional donde se tomen en cuenta las propuestas de los socios activos, de los socios jubilados y los trabajadores transitorios (cuya figura es similar a la de los eventuales), y vamos a lograr cambiar toda esa porquería que tenemos en el sindicato.”

Más adelante Esteban Izquierdo, sostuvo la extrema necesidad de modificar la estructura sindical a través de disminuir las demandas laborales; fortalecer la comisión de honor y justicia; aplicar una auditoría interna a la estructura sindical; organizar un centro de atención a quejas para terminar con la corrupción; los estatutos serán actualizados; implementar un centro de capacitación. Y al concluir invitó a la disidencia sindical a la unidad, son ella es más difícil, dijo.

Y el geólogo Jorge Martínez también enfiló su largo listado de propuestas en la rendición de cuentas, y la transparencia sindical, porque -por ejemplo- las cuotas sindicales “se encuentran hipotecadas hasta el año 2031”.

 

 

Con información de La Jornada

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