La propuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador para que las consejeros y magistrados electorales sean votados por la ciudadanía como en una elección, regresaría al viejo sistema electoral en el que los partidos políticos tendrían a sus propios perfiles pero que impulsarían ahora, desde las urnas, convirtiendo a los árbitros electorales en candidatos que a su vez, organizan y validan sus propias postulaciones y triunfos.

Ex consejeros, ex magistrados y expertos electorales explicaron a MILENIO que la propuesta del Presidente requiere primero, de una reforma constitucional con las dos terceras partes de los votos en la Cámara de Diputados y en el Senado, con la que en estos momentos Morena no cuenta.

“El tema radica en la independencia y la autonomía. No hay manera de tenerla si se sale a campaña y se oferta al público. Se comprometerán ideologías, grupos, facciones. Es una medida populista y disfuncional, ajena al funcionamiento especializado de los órganos autónomos y jurisdiccionales”, destacó un ex magistrado de la Sala Superior consultado por este medio.

En lo que coincidió el ex presidente consejero Leonardo Valdés Zurita, quien dijo que además, era poco viable que los partidos que aportaron a la transición democrática y que por 30 años fueron armando el actual sistema electoral, “estén dispuestos a hacer un cambio tan radical, no los veo dispuestos a respaldar una propuesta de esta naturaleza”.

Consideró que esta propuesta abre una puerta peligrosa, pues López Obrador planteó que el Poder Ejecutivo que él encabeza, el Legislativo con mayoría de su partido y el Judicial presenten 20 perfiles cada uno, lo que los sometería a compromisos partidistas.

“Cada partido comenzará a impulsar a sus candidato, no veo cómo puedan llamar a la ciudadanía si los partidos no promueven, y entonces volveríamos a los 1988 cuando los consejeros eran puestos por los partidos, que no tienen imparcialidad pues le deben el cargo a un partido político que los respaldó, por eso pareciera que el Presidente añora más el pasado, aquellos años en los que los partidos organizaban la elección y eso no nos dejó nada bueno, un régimen autoritario con un solo partido ganando elecciones y haciendo fraudes”.

Hugo Concha, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, agregó que es colocar a quienes no deben estar politizados a que realicen sus propias elecciones, en el caso del INE, y que ellos mismos las validen, en el caso del TEPJF.

“No es cualquier juez el que estás proponiendo que seas electo, estás proponiendo que sean los jueces electorales los que tienen que estar aislados del juego de los partidos políticos y ahora los meterás a ese juego para que sean electos; esos que tiene que estar aislados y que no se deben contaminar los vas a meter en la dinámica partidista, en ese momento el deber de imparcialidad se rompe cuando lo quieres politizar, es acabar básicamente con el sistema electoral que tenemos, es dar un paso retrógrada para politizar los órganos encargados de las elecciones”.

Detalló que además, los perfiles del Consejo General del INE no son los mismos que el que requieren las magistraturas del Tribunal Electoral. En el caso de los magistrados, por ejemplo, se requiere haber estudiado Derecho, mientras que los consejeros basta con que cuenten con una licenciatura sin importar la profesión, por lo que revolver dos perfiles en una misma elección resultaría inviable.

Que no nos asuste poner a discusión los métodos de selección, pero tiene riesgos

Jesús Garza Onofre, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, señaló que a diferencia de sus colegas, la propuesta del Presidente no lo asusta, pues por el contrario, podría modificarse la selección de magistraturas y consejerías electorales, pero no todas por método de las urnas, pues coincidió en que esto sí puede viciar los perfiles.

“La designación popular de jueces no es algo nuevo y no nos debería de asustar del todo. Creo que algo tiene de positivo que es poner a discusión los métodos de selección en materia electoral porque como bien sabes se están por aprobar designaciones de magistrados y magistrada regionales, son procesos que siempre terminan cargados de un lado para otro, me imagino que es un adelanto de la reforma electoral un poco para tantear las aguasa y ver cómo está el tema en torno a la designación.

“Yo no le tengo problema o no me asusta ese método, pero no estaría de acuerdo en que fueran todos, que uno sea por elección, otro por propuesta de la ciudadanía, otros por aprobación del legislativo, un poco lo que hace el Consejo de la Judicatura, mientras más tengamos un Tribunal y un Consejo General que mejor represente la pluralidad del país pues mejor nos va”.

Consideró que el riesgo es que el que cada poder presente 20 propuestas no le da garantías a la ciudadanía de que los propuestos por el Presidente o por la mayoría de una fuerza legislativa “no lleve la mano cuando el pueblo vaya a votar”.

Agregó que en estos momentos, el renovar por completo el INE o el TEPJF no es una buena estrategia para la estabilidad política y democrática, pues este año hay elecciones en seis estados y el próximo en el Estado de México y Coahuila, la antesala a al renovación presidencial. Por lo que coincidió en que es poco probable que Morena consiga dos terceras partes de la votación para lograr esta reforma constitucional.

Con información de Milenio

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