Con una sesión de más de tres horas con la prensa, el director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Manuel Bartlett, defendió la reforma eléctrica presentada por el presidente Andrés Manuel López Obrador el pasado 30 de septiembre.

A lo largo de sus intervenciones, el directivo de la empresa del Estado insistió en que el fondo de la reforma es terminar con lo que dijo es un sistema eléctrico corrupto dominado por monopolios privados, para pasar a uno que esté controlado y regulado por el Estado mexicano, pero con participación privada bajo reglas claras.

Bartlett Díaz arrancó su exposición con un repaso de la reforma energética de 2013 impulsada por el gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto. El objetivo “fue la desaparición de la CFE, con esa idea de que la política neoliberal tiene que cuidar por encima de todo el mercado, y que el Estado y los gobiernos deben de estar alejados del sistema para permitir que haya competencia entre participantes para bajar los costos y dar un mejor servicio”, dijo.

Ahora, apuntó, se busca lo contrario, al ampliar la participación del Estado como coordinador del sistema eléctrico nacional.

Bartlett fue desmenuzando durante más de dos horas argumentos contra la reforma energética del gobierno de Peña Nieto y a favor de la planteada por el presidente López Obrador.

Parte de sus críticas se centraron en las llamadas sociedades de autoabasto de energía eléctrica, figura creada durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari. Se trata de privados que generan energía eléctrica para autoconsumo, no como servicio público, pero de la cual se han beneficiado grandes consumidores de energía como bancos, supermercados, telefónicas, tiendas de autoservicio.

Esas sociedades de autoabasto , detalló Bartlett a la prensa, son una empresa que tiene un generador de energía y se asocia con otras empresas, como bancos, supermercados para que les puedan despachar con prioridad la energía eléctrica generada como autoconsumo, sin pagar a la CFE, cuando los pequeños consumidores, es decir, los domicilios, sí lo hacen.

“Son socios de paja, no pagan y son despachados con todos los privilegios”, acusó.

La empresa productiva del Estado tiene contabilizadas 239 sociedades de autoabasto, con 77,670 socios-clientes. “Es una compraventa de energía eléctrica en un mercado negro, es un negocio muy lucrativo”.

El miércoles pasado, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) advirtió que la reforma eléctrica va a generar un boquete en las finanzas públicas y la economía nacional de 1.4 billones de pesos en una década.

El organismo empresarial señaló que este impacto correspondería a un aumento de costo de la producción de energía del Sistema Eléctrico Nacional y por los subsidios que tendría que desembolsar el Estado.

Al respecto, Bartlett respondió que “no le gusta al CCE, que son los dueños (de las empresas) que no pagan. El presidente (del CCE) es un empleado de los que no pagan (la energía eléctrica), claro que van a estar defendiendo que esto (que decimos) no es cierto”.

Bartlett fue duro en su defensa de la reforma eléctrica que promueve más participación y regulación por parte del Estado, así como la competencia entre privados, pero bajo otras reglas a las actuales.

De hecho, insistió en que se cancelarían todos los contratos y permisos contrarios a los intereses de la CFE. “Lo que estamos defendiendo es el interés nacional, no estamos yendo a un pleito por interés económico de la CFE, es por interés nacional. (Los monopolios) se están quedando con el mercado eléctrico, que es un gran negocio, pero nosotros estamos defendiendo por interés nacional”.

“El sistema eléctrico mexicano es oligárquico, los grandes no pagan, los ricos no pagan y los pobres están sufriendo. Atendemos a 44 millones de domicilios que sufren para pagar en sociedades deprimidas, y estos (grandes consumidores) no pagan. Cómo puede defenderse un sistema de este tipo, que es un atraco, no solamente contra la CFE, contra el pueblo de México, si estos no pagan y los chicos sí pagan, la oligarquía se impone, este sistema lo hicieron ellos. Los interesados en meterse en un negocio redondo sin límites, ellos lo diseñaron”.

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Ante esto, dijo, se busca desaparecer esta figura, cancelar contratos y permisos relacionados con ella y hacer que los grandes consumidores paguen por la energía eléctrica que están usando, bajo nuevas reglas y en sistema eléctrico en el que el 46% sería compartido con privados, que es equiparable al mercado completo de países como Argentina a Colombia. “No pueden subsistir esas sociedades de autoconsumo que son monopolios privados ilegales. Pueden participar, van a comprar la energía eléctrica, pero sin privilegios”.

Para justificar la participación mayoritaria del Estado en el sistema eléctrico mexicano, Bartlett aseguró que en Estados Unidos, la mayoría de las empresas de electricidad son públicas. “No es que nosotros estemos recurriendo a un estatismo terrible. En Estados Unidos, que tanto admiran, la mayoría de las empresas son públicas. De manera que no es una aberración decir que el Estado mexicano tiene que ser el responsable de la electricidad en México y no sistemas oligárquicos”.

El Estado, insistió, “es el paraguas que protege todo el sistema eléctrico, para garantizar la seguridad y el abasto eléctrico a bajos precios”.

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En la sesión con la prensa, en la que predominaron las críticas hacia las empresas que participan en el sistema eléctrico y los argumentos para que el Estado tenga mayor participación y regulación en el mismo, a través de la CFE, el director de la empresa estatal también se refirió al papel que tendrán los partidos políticos para la discusión de la reforma.

“Estamos planteando un sistema que protege el país y el otro es un sistema contrario a intereses nacionales. El PAN no tiene remedio, están en contra de la Revolución Mexicana hasta hoy, pero los otros partidos deberían considerar lo que estamos planteando”, planteó.

“Es una visión nacional, por encima de todo lo demás. ¿Quieres quedarte con lo existe, que es un atraco al país, que no puede subsistir, que nos pone en peligro? Eso es lo que los partidos tienen que discutir. Cada partido y cada legislador es responsable de su voto. Es un debate nacional y estamos listos para ello”, sentenció Bartlett.

 

 

 

Con información de Forbes

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