La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición sobre covid-19 (ENSANUT) reportó que los asintomáticos propagaron la pandemia en México. La infección se concentró en el nivel socioeconómico bajo; el confinamiento no fue atendido por toda la población por la “calidad de los mensajes” sanitarios y la necesidad económica; el 76 por ciento se atendió en servicios privados, por “una demanda de salud insatisfecha”.

En esta presentación de la ENSANUT -encuesta llevada a cabo entre agosto y noviembre del 2020 en 13 mil 910 vivienda, 79.9 por ciento urbanas y 20.1 por ciento rurales-, por primera vez se hizo evidente la tensión entre el sector de investigadores y el gobierno federal, representado por Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud

Los datos duros

“En total, de la población que tuvo síntomas de covid y se atendió, el 76 por ciento lo hizo en servicios privados y 24 por ciento en públicos”, dijo Arantxa Colchero, del Instituto Nacional de Salud Publica (INSP).

Por lo que se requiere, dijo, de mayores recursos y de una reforma fiscal progresiva, y quedó planteada la pregunta de ¿qué hacer con el sector privado, incluidos los consultorios adyacentes a farmacias?

El director general del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), Juan Rivera Dommarco, añadió que se documentó el uso elevado de atención en consultorios aledaños a farmacias, lo que elevó el gasto de bolsillo.

“No se determina si esta demanda se debe a la pandemia o la inconclusa reforma del sistema, o lo más probable, es la combinación de ambas”, dijo.

“La mitad de los derechohabientes del IMSS y del ISSSTE se atendieron en el sector privado. La recomendación es que se puedan fortalecer los servicios públicos, regular los servicios privados y acelerar la reforma de salud en México”, añadió.

También, “los datos sugieren que la pandemia exacerbó los problemas y limitaciones del sistema de salud pública en México, lo que resultó en un acceso desigual y aunque desde el 2018 alrededor de la mitad de la población utilizó servicios privados, la proporción creció aún más en 2020”, indicó.

“La preferencia de la población por la búsqueda de atención en servicios privados, a pesar de tener derecho a atención en servicios públicos, indica la necesidad del fortalecimiento de los mismos”, agregó.

En cuanto a la acción de aislarse por tener síntomas y tener contacto sospechoso, un factor elemental para contener la cadena de contagios, la autoridad, aclaró, debe de incentivar la adherencia voluntaria a las recomendaciones.

“El estudio demostró que la adherencia estuvo vinculada con factores socioeconómicos a nivel individual y con la calidad de los mensajes de salud pública. En otros países se ha observado que la compensación de salarios, o las incapacidades pagadas como incentivos, se apegan a un mayor aislamiento”.

Claramente, dijo, quien tiene que salir a buscar el sustento cada día no puede cumplir necesariamente con toda la recomendaciones.

Martín Lajous, miembro del Centro de Investigación en Salud Pública del INSP, comentó que niños y adolescentes, cuando se infectan, son asintomáticos. “Hemos creado evidencia de que durante el confinamiento, los adolescentes mantuvieron contactos sociales y (así) haber pujado la incidencia en el país“.

La seroprevalencia -personas con covid- abarcó niños menores de 5 años, en educación básica en México, de 13 años y en mayores de 20 años. Se obtuvieron tomas de suero en sangre, 9 mil 464 participantes, y lo que observamos “es que fue del 16% en el grupo de 3 a 5 años, y ésta fue progresivamente aumentando hasta los 16 y 19 años, cuya seroprevalencia fue cercana al 30 por ciento, muy similar a la de adultos”.

Y añadió, “aquellos que fueron positivos, una altísima proporción, casi un 90 por ciento en edades de educación básica, fueron asintomáticos”. El especialista subrayó que fueron éstos los que propagaron la pandemia, algo que por primera vez se reconoce.

Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, reconoció la importancia de la ENSANUT pero consideró que en la misma se debe de integrar “la realidad no solamente sanitaria, sino también social”, para tener una visión más integral.

Asimismo, aclaró, los datos no deben prestarse a “traducciones”. Esto se ve reflejado en algunas deliberaciones e incluso en la interpretación, por ejemplo del doctor Martín Lajous, que incluye “la idea que parte del motor de la epidemia, ciertamente pudieron haber sido las personas asintomáticas, pero omite identificar que la decisión de cerrar el sistema educativo nacional, como actividad número uno de la Jornada Nacional de Sana Distancia y de haber sido el país que mantuvo el cierre de las escuelas por más largo tiempo, precisamente atendió a esa lógica. Entonces es causa y consecuencia.

“Tener prevalencias bajas en la población escolar es consecuencia, entre otros factores, posiblemente el más determinante, de haber cerrado todo el sistema educativo durante toda la pandemia con lo que llevábamos hasta el momento. La estrategia fue para proteger a las personas adultas mayores, quitándoles el elemento productor de contagios asintomáticos que podrían ser las infancias y las adolescencias, y también dar lugar a la vacunación de personas de mayor riesgo”.

Sólo cuando ya se tenía protegida a una población sustancial de las personas de mayor riesgo, entonces se procedió, recordó el funcionario federal, a abrir las escuelas, “como se muestra en el monitoreo que hemos hecho desde el 30 de agosto, las escuelas no han significado un motor de red expansión de la epidemia”.

López- Gatell también criticó la “interpretación” de Samuel Ponce de León sobre el trabajo de Colchero.

“Todos sabemos que a lo largo de las últimas cuatro décadas ha habido un proceso progresivo de desarticulación, desfinanciamiento, desmantelamiento estructural y funcional del sistema nacional de salud. Y estas son las tres grandes lecciones que nos ha dejado la pandemia”.

“Habla de la perspectiva de acceso en la cascada de atención, de cobertura y cobertura efectiva, nos hacen ver, como ya lo decía el doctor Samuel Ponce de León, de las enormes insuficiencias del sistema nacional de salud. Insuficiencias que serían totalmente descabellado que alguien se pusiera que empezaron en diciembre de 2018 o que han sido generadas a lo largo de tres años de gobierno”.

Para López- Gatell, el investigador Ponce de León hizo una “interpretación errada”, ya que mucha gente que se atendió en las pequeños consultorios y no en los grandes hospitales, empeoró su salud y llegó a morir a los hospitales públicos.

“Entonces, ojo con la interpretación. No es como lo muestra el trabajo que los hospitales sirvieron para hacer el elemento más relevante de la atención dada a la gravedad de las personas enfermas y esto fue cubierto por los hospitales privados. La enorme mayoría, 90 por ciento, de acuerdo con el documento de las atenciones, fue a pequeños consultorios, unipersonales, de pocas personas, consultorios a favor adyacentes a farmacias,

“¿Cuál fue la consecuencia? Entre otras cosas, sin menospreciar la posibilidad de que alguien haya tenido contribuciones positivas, fue una grave deformación de atención en términos de calidad y de oportunidad. La persona enferma acude a una prueba diagnóstica. No va a buscando atención…llega a un punto del diagnóstico, seguido de una prescripción, sale con una receta de ocho a 10 medicamentos, de los cuales, invariablemente dos son antibióticos, seguido de esteroides, antiinflamatorios, antiagregantes plaquetarios o anticoagulantes. Esto retarda su atención con medicamentos no útiles, Ivermectina incluido ellos y posteriormente, cuando empieza complicarse dado a que pasó tres, cuatro, cinco días en casa pensando que estaba curando su covid o pensando que se estaba curando, empieza a estar grave. Entonces el Sistema Nacional Público acude en condiciones muy adversas y las personas llegaron a morir a los hospitales públicos”.

Si bien las aportaciones del INSP son esenciales para la toma de decisiones, y es un punto de referencia crítica de la acción en políticas públicas, dijo, el trabajo requiere la integración de hipótesis más sistemáticas y estructuradas en la realidad, no solamente sanitaria, sino social, y una armonización de los datos traducidos por todas las comunidades académicas internas en el instituto y sus asociados, para evitar “interpretaciones erradas”.

Finalmente, les reprochó que en su momento todos los trabajos presentados sobre el impacto del tabaco y la comida chatarra no fueran impulsados con mayor liderazgo en los pasados sexenios.

 

 

Con información de Milenio

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