Un alias con varios nombres: la estrategia que miembros del Cártel de Sinaloa utilizan para evitar ser identificados
Llevar una vida criminal orilla a integrantes de grupos delictivos a sustituir sus verdaderos nombres por claves y alias que trascienden en el hampa mexicano.
Mantener un perfil bajo es clave para todo aquel miembro de organizaciones delictivas que busque eludir su detención o abatimiento. Evitar entrar al radar de autoridades mexicanas o estadounidenses tiene un costo: deshacerse de sus verdaderos nombres.
Alias mundialmente conocidos como el de El Chapo o El Mayo dan cuenta de la imperdurable eficacia que puede tener el adoptar una clave o un pseudónimo en el hampa mexicano, si bien renunciar a su identidad no les garantiza el éxito sí puede ser una herramienta que entorpezca sus casos judiciales en caso de ser arrestados.
Un claro ejemplo de dicha implicación fue el de Miguel Ángel Treviño Morales alias El Z40, quien logró retrasar más de una década su extradición a Estados Unidos argumentando que existía una supuesta homonimia en su proceso penal.
En febrero de 2024, en un ejercicio de réplica, el otrora líder de Los Zetas envió una carta a MILENIO en la que negó ser la persona que encabezó al grupo criminal y pidió que su imagen y nombre dejaran de ser utilizados para identificarlo o emparejarlo al alias Z40. A través de sus representantes legales, Miguel Ángel Treviño Morales argumentó la existencia de una homonimia o un nombre parecido al suyo que le causaba perjuicio a su imagen, nombre y a su familia.
Miguel Ángel Treviño Morales, ‘El Z-40’, estuvo recluido en México durante más de diez años | Foto: AFP
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Dicho factor, sumado a los múltiples amparos que distintos jueces le concedieron, retrasaron la llegada de El Z40 al país vecino hasta que, en un hecho sin precedentes, a finales de febrero de 2025, tanto Miguel Ángel como su hermano Omar Treviño Morales formaron parte de un paquete de 29 generadores de violencia que México entregó a Estados Unidos por seguridad nacional.
Si bien el caso de los líderes de Los Zetas ahora se encuentra en manos de la fiscalía estadounidense, en México el caso del Z40 puso sobre la mesa la importancia de la plena identificación de los miembros de organizaciones delictivas sobre quienes pesan cargos.
En el caso específico del Cártel de Sinaloa ha quedado documentado cómo algunos de sus miembros, pese a estar vinculados con un alias en específico, no se tiene certeza sobre su verdadero nombre e identidad, lo que supone un riesgo de obstaculización para sus respectivos procesos judiciales.
La triple identidad de El Piyi
El 19 de septiembre de 2024, tan sólo diez días después de que en Culiacán estallara el conflicto entre dos de las facciones más poderosas del Cártel de Sinaloa, Los Chapitos sufrieron su primera baja relevante luego de que su lugarteniente, El Piyi, fuera arrestado en el sector Jardínes de Santa Fe en Culiacán.
Pese a ser un miembro de alto rango del anillo de seguridad de los hijos de Joaquín Guzmán Loera, hasta entonces lo único certero que las autoridades tenían sobre su objetivo era su alias, siendo su nombre y rostro un misterio.
Información recopilada por el periodista Luis Chaparro para MILENIO apuntó que los servicios de inteligencia de fuerzas federales fueron siguiendo las pistas de El Piyi a través de la constante mención de su alias en narcocorridos de exponentes de la talla de Peso Pluma.
Aquellas pistas guiaron a la detención del jefe de seguridad de Los Chapitos quien, al dar inicio su proceso legal se le identificó con al menos tres nombres. Durante su audiencia de vinculación a proceso, el juez se refirió a El Piyi como Fernando Pérez Medina y/o Martín Martínez Zazueta y/o Mario Alexander Gámez Cuevas.
Si bien se dictaron cuatro meses para realizar la investigación complementaria, hasta el momento en el que se escribe esta nota se desconoce cuál es la verdadera identidad del otrora lugarteniente de los hijos de El Chapo.
La identificación falsa de El Kastor
En abril de 2023, el Departamento de Justicia en colaboración con múltiples de sus agencias de seguridad anunciaron una cacería en contra de Los Chapitos y más de una veintena de sus colaboradores al identificarlos como parte de la red de tráfico de fentanilo más “prolífica y peligrosa del mundo”.
Desde su aparato de seguridad, proveedores de precursores químicos, cocineros, distribuidores y hasta sus blanqueadores de activos fueron incluidos en la súper acusación presentada ante el Distrito Sur de Nueva York.
Entre el listado se encontraba Mario Alberto Jiménez Castro alias El Kastor, quien según las investigaciones estadounidenses, lavaba el dinero ilícito de la facción a través de carteras de criptomonedas.
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Tras el estallido del conflicto en Sinaloa, algunos viejos aliados de Los Chapitos optaron por salir del estado y El Kastor no fue la excepción. El hecho se comprobó luego de que a inicios de febrero fuera localizado el cuerpo de un hombre con impactos de bala en calles de Calimaya, Estado de México.
Al momento del hallazgo al occiso se le encontró una licencia de conducir presuntamente emitida por el gobierno de Sinaloa bajo el nombre de Gerardo Castro Medina, no obstante, al transcurrir las investigaciones se comprobó que en realidad se trataba de Mario Alberto Jiménez Castro, uno de los alfiles más importantes de la estructura de Los Chapitos.
Los dos nombres de El Chavo Félix
La única baja relevante que la facción de Ismael Zambada Sicairos, El Mayito Flaco, ha tenido desde que le declararon la guerra a Los Chapitos es la de un hombre identificado bajo el alias de El Chavo Félix.
Tal y como reportó el Gabinete de Seguridad, el rol que dicho personaje desempeñaba en la facción de La Mayiza lo llevó a ser considerado como el segundo al mando, un puesto que ganó tanto por sus habilidades criminales como por ser el yerno de Ismael El Mayo Zambada.
La suerte del Chavo Félix se agotó en enero de 2025 cuando fue detenido en la comunidad de Quilá, cerca de Culiacán, Sinaloa. Entonces, el secretario de seguridad, Omar García Harfuch, anunció su detención a través de su cuenta de X y se refirió a él como Juan Carlos “N”.
No obstante y de acuerdo con reportes de Rubén Mosso para MILENIO, durante su audiencia de vinculación a proceso el juez se dirigió a él como Juan Carlos Félix Gastélum y/o Agustín Fonseca Sánchez.
El Ruso y su verdadero nombre
Ismael El Mayo Zambada contó con un viejo pero eficaz aliado dentro de sus tropas que se encargó de disputarle en nombre de la facción el control de distintas plazas, en especial de Mexicali: El Ruso.
Al frente de un violento brazo armado, el aliado de La Mayiza buscó expandir el imperio de la facción, una misión que lo llevó al radar y al listado de los fugitivos más buscados del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés).
Delitos relacionados al narcotráfico, la posesión de armas de fuego, la toma de rehenes y lavado de dinero son vinculados al líder de Los Rusos, el brazo armado con el que La Mayiza buscó apoderarse de corredores y plazas en Baja California y Sonora. Si bien la violencia con la que se conduce ha sido palpable para la población civil y se vincula con el mismo alias, el FBI no tiene certeza del nombre verdadero de El Ruso.
A través del boletín de búsqueda que difundieron se le ubica como Jesús Alexandro Sánchez Félix y/o Alejandro Fernández Félix y/o Juan José Ponce Félix y/o Alex Sánchez y/o Jesús Alejandro Sánchez y/o Jesús Sánchez Félix.
Hasta el momento en el que se escribe esta nota, El Ruso sigue prófugo, moviéndose libremente bajo un alias reconocible pero una identidad que pocos pueden conocer.
Con información de Milenio