DOMINGRILLA
TRASNOCHADA
FRANCISCO CHIQUETE
Claudia fue fría sin remedio. Jorge Maynes parecía niño en piñata y Xóchitl pegó, pero no noqueó, que era el logro que debía alcanzar para que el debate le trajese los resultados que necesita para mejorar sus condiciones en la perspectiva de voto.
El debate que vimos esta noche de domingo termina con un triunfo pírrico de la candidata de Morena, Claudia Sheinbaum, el triunfo que consiste en no haber sido aniquilada como se supone que podría haber ocurrido a causa de escándalos tan graves como los de corrupción en los hijos de presidente Andrés Manuel López Obrador.
Xóchitl había adelantado que ya contaban con dos elementos para pegarle un buen golpe a la candidata de Morena, pero no pareció haber utilizado ninguno de esos hallazgos. Al parecer gente de la propia Xóchitl Gálvez o de Morena, filtró los temas y con ello los desinfló. Durante dos días se dijo que una empresa de Claudia tuvo contratos indebidos y que además contamina, a contrapelo de la imagen de luchadora ecológica que se construye la candidata morenista. No apareció nada de eso ni de otras cosas.
En términos generales vimos a los tres candidatos desempeñando el papel que se han asignado a lo largo de la primea parte de la campaña: Sheinbaum se mantuvo en su dicho de que hemos avanzado, que hemos y las denuncias no dicen la verdad; Maynes fue a pegarles a las dos candidatas, pero por más que trató de meterle jiribilla, no dejo algo en claro. Xóchitl terminó por desaprovechar hasta la forma en que Claudia insistía en ser igualits que AMLO.
Termina el debate sin impactar en el electorado, a menos que haya un manejo muy efectivo del postdebate.
Una primera evaluación podría ser que Claudia Sheinbaum fue la Peña Nieto de este debate. En el primer encuentro entre los candidatos de 2012, cuando todos todo mundo consideraba que el candidato del PRI, que ya tenía imagen de tonto, iba a ser apabullado por Andrés Manuel López Obrador, y no lo fue.
Claro que para lograr ese resultado, la doctora Sheinbaum tuvo que dejar de lado los cuestionamientos, fingir demencia ante casi cada una de las acusaciones de que fue objeto, Tan notorio fue, que la propia candidata de Morena reconoció al salir del debate que quedaron temas pendientes de aclarar, y ofreció hacerlo a través de las redes sociales de Morena.
Como en los debates de anteriores elecciones, los tres candidatos salieron a declararse ganadores. Apenas dos minutos después de terminado el encuentro, los seguidores de Morena soltaron los boletines enviados desde la capital del país para presumir un triunfo que no refleja los acontecimientos, lo que hacen es decir que ganaron porque ganaron.
En cambio los seguidores de Xóchtl se tardaron en empezar a manejar el triunfalismo que corresponde a todos los que saben manejar el asunto de medios. Eso sí, al salir del edificio del INE soltó de su ronco pecho todo lo que no dijo adentro.
En cambio el candidato de Movimiento Ciudadano si salió a magnificar los pocos impactos que pudo haber generado, aunque a él y a la estructura de su partido, el gran público no les hace eco. Ni siquiera se le concede la posibilidad de que haya un crecimiento en las expectativas de votos que se les han asignado en las encuestas, de por sí bastante bajos.
El país sí está esperando respuestas. Las preguntas enviadas por el público y seleccionadas para ser incluidos en el debate, muestran la indignación en temas como la educación, la inseguridad y la violencia contra las mujeres. Lo que hicieron los candidatos fue llevarlos a la conveniencia partidista, con mayor o menor empatía, pero lejos de la necesidad central de los ciudadanos.
A Xóchitl no se le han visto los reflejos que la hicieron famosa. Al final como los políticos de todos los partidos, le echó la culpa al formato del debate.
Maynes logró que se le conociera.
Claudia, aunque logró salir viva, se mostró como una señora representante fiel de la burocracia política, que enfrenta cuestionamientos con porcentajes y con un dejo de suficiencia que la acerca más a los tecnócratas priístas que a una activista de izquierda que a base de corazón logró modificar una tendencia regresiva en la Universidad.
Veamos qué pasa en el segundo debate.

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