DOMINGRILLA

La corrupción, descubierta en la Sepyc; ¿tuvo razón Daniel Amador?; ahora sí, pleito con la UAS

FRANCISCO CHIQUETE

La corrupción se metió hasta la cocina. Un funcionario del gobierno del estado, proveniente de Morena, activista de la disidencia magisterial de toda la vida, renunció a la subsecretaría de Educación Básica de la Sepyc, después que el gobernador Rubén Rocha señalara la existencia de una red de tráfico de plazas, pagos extras y otras irregularidades.
Por supuesto, esa denuncia del propio gobernador dice mucho de la decisión de mantener a raya el fenómeno de la corrupción, incluso si viene de sus propias filas. Antes de esa renuncia hubo cinco destituciones que obligaron a la salida del subsecretario, y hasta donde se sabe, existe disposición para que el asunto pase a los tribunales y se sancione como corresponda.
El asunto debe ser doloroso para el propio Rocha, porque el subsecretario -Horacio Lora- era parte de su equipo de activistas. Militante de la CNTE, fue parte del movimiento Más que 53, que combatió a la dirigencia de Daniel Amador, pero sobre todo operó como grupo de choque en el Congreso del Estado, durante la última legislatura con mayoría priísta.
Además, el gobernador se aventó el boleto de enfrentarse a “los charros” de la sección 53 apenas entrando al gobierno, cuando la dirigencia formal de esa sección -cuyo líder real es Daniel Amador-, se opuso a que Lora fuese nombrado subsecretario de Educación Básica. Siendo enemigo político, estimaban que perjudicaría los derechos de los trabajadores para beneficiar a sus allegados.
El gobernador respaldó a la secretaria Graciela Domínguez, quien apostó todo su capital político a favor de Lora, de cuya honestidad hizo causa sagrada.
Al final tiene que ser difícil aceptar que en efecto, Daniel Amador Gaxiola y sus seguidores tenían razón. Con toda la cauda de acusaciones de diversa índole que la corriente amadorista trae encima, fueron y advirtieron sobre el riesgo que finalmente se concretó pues además de todo, los beneficiarios de las irregularidades beneficiaron no sólo a seguidores, sino sobre todo a familiares.
Es cierto que los casos de Jesús Estrada Ferreiro y Luis Guillermo Benítez Torres son más impactantes, pues motivaron la salida de los alcaldes que estaban al frente de los dos municipios más importantes del estado, y además se les está encausando en procesos judiciales, pero de alguna manera este es el primer caso de corrupción en el equipo directo de Rocha.
Los ex alcaldes venían de otras corrientes internas de Morena e incluso fueron rivales políticos del gobernador, lo que pone sellos especiales a ambos casos. Independientemente de la gravedad de los asuntos presentados para defenestrarlos, hay un ingrediente que pudiera distorsionar las acciones: el elemento político. Hasta el momento, la única sanción garantizada es la inhabilitación para que ambos ejerzan nuevos puestos públicos.
Aprovechando el caso del subsecretario, comentaremos aquí un pequeño detalle que nos hace ver cómo el gobernador Rocha tiene ya construidas algunas mecánicas de su gobierno.
En la mesa redonda de Altavoz, el noticiero del Grupo Chávez, el pasado martes comentamos que poco después de terminar la emisión se transmitiría La semanera, el programa del gobernador. ¿A quién irán a correr ahora? Preguntamos entre serio y broma.
No era gratuito: en una Semanera se anunció formalmente el despido de Héctor Melesio Cuén Ojeda como secretario de Salud; en una Semanera se despidió a Luis Guillermo Benítez Torres del puesto de secretario de Turismo que ejercía. La broma se convirtió en realidad: en esa semanera extraordinaria (lo normal es que sea los lunes a las nueve de la mañana, y las del Químico y la reciente, fueron en martes porque el gobernador estuvo fuera ambos lunes) se anunció la existencia de una red de corrupción en la Sepyc, el despido de cinco personas, cuatro de Educación y uno de Administración y Finanzas, relacionado con las nóminas.
A partir de esos casos, todos los funcionarios estatales deben estar con el lomo apretado (y algo más) cada vez que inicia la Semanera.
MES Y MEDIO ADICIONAL DE
VACACIONES AL QUÍMICO
De aquí al quince de abril, el ex alcalde Luis Guillermo Benítez Torres podrá tomarse unas vacaciones que le reduzcan la tensión bajo la que está viviendo desde que fue obligado a dejar la Presidencia Municipal, y luego durante los meses en que fue secretario de Turismo.
Quienes deberán trabajar intensamente durante ese periodo son los abogados del Químico, y habrán de ser muy acertados para aprovechar la gran oferta que les hace la Fiscalía General del Estado, con una acusación tan débil como la que le enderezaron: ejercicio indebido del servicio público, cuando oficialmente se ha dado a conocer una gran cantidad de irregularidades en el manejo del dinero público, situaciones que darían para sanciones mucho más significativas.
Que el juez del caso haya concedido un plazo tan amplio para iniciar el procedimiento es una práctica normal y no debe acumularse a las facilidades que la sociedad percibe para el indiciado. Lo que extraña sobremanera es que el juez haya sido tan comprensivo con los coacusados, quienes simplemente no se presentaron y no fueron apercibidos, siquiera. Les reprogramaron la audiencia, pero no más.
Casi todos ellos dijeron en privado y alguno hasta públicamente, que sólo obedecían órdenes, y se atribuye al Químico haberles hecho la advertencia: “que cada quien se defienda como pueda”.
UAS: VA DIRECTO EL
ENFRENTAMIENTO
Quedaron atrás las formalidades y las diplomacias. El gobernador ya no negó que vaya por los cambios en la Universidad Autónoma de Sinaloa; no más alientos a Héctor Melesio Cuén Ojeda para que siga aspirando a ser gobernador del estado. El tiro va derecho.
“El PAS está metido hasta el fondo, hasta el tuétano de la UAS, tiene metidas las narices. ¿Quién no sabe que al rector lo nombra Héctor Melesio Cuén? Pero se le quitará a la Universidad esa tutela maligna”, dijo el gobernador en una entrevista radiofónica con Luis Alberto Díaz.
Acabaron los tiempos del chocolatito, los de “no voy a enviar ninguna iniciativa”, y por supuesto, ya antes se habían terminado los de aquel célebre “vamos a cogobernar”.
Hace apenas una semana, analizábamos al mundo en un Starbucks al que llego Cuén de pasada y como se engancha fácil, aceptó sentarse a platicar con el grupo. Por más que le preguntamos, lo provocamos, lo entorilamos, en ningún momento tuvo una sola expresión de desacuerdo con el gobernador. Manifestó su inconformidad con la nueva Ley de Educación Superior, pero de ninguna manera hizo calificaciones o descalificaciones al gobernador.
Este viernes, sin embargo, se declaró arrepentido de haber apoyado a Rubén Rocha Moya durante la campaña por la gubernatura, en la que fueron aliados en serio, pues no sólo hicieron campaña juntos (Morena y el PAS, Rocha y Cuén), sino que además se repartieron los puestos. No en la proporción y nivel que Cuén quería: primero se veía jefe del control político en la Cámara Local, a la que iba como pluri, pero no llegó por exceso de triunfos de su partido; luego se veía como secretario general de gobierno, puesto del que nunca estuvo cerca; finalmente suspiró por la Secretaría de Educación Pública y Cultura, donde está la nómina más grande de la entidad. Tuvo que conformarse con la Secretaría de Salud, donde no pudo colocar a los colaboradores que él quería. Ni subsecretarios ni administrador. Aún así, le fue bien en el reparto, que incluyó otra secretaría -la de Turismo, que luego se le deshizo entre las manos-.
La postura del gobernador es correcta. En la UAS hay un gobierno de una sola persona, un dirigente omnímodo que lo mismo decide plazas laborales que accesos de alumnos a escuelas muy demandadas o palomea candidaturas a direcciones y consejos. El PAS, en efecto, se alimenta de las estructuras universitarias, de donde saca activistas y movilizadores. El problema es que la legislación sobre la que pretenden intervenir en la UAS puede ser combatida porque de algún modo contraviene las disposiciones de la Ley General de Educación que el propio Rocha impulsó a nivel nacional, como senador de la República.
La otra bronca es que el gobernador y su equipo no tienen a nadie dentro de las filas universitarias. Tan es así, que para abrir boca se presentó una iniciativa de reforma a la Ley Orgánica firmada por la Asociación de Jubilados de la UAS, quienes sólo tienen una relación efectiva con la institución, la de recibir el monto quincenal de sus jubilaciones activas.
Este sábado Culiacán amaneció tapizado de mantas y pegas contra Cuén y el PAS, así como volantes que también inundaron las redes sociales, muy bravos, aparentemente muy valientes, pero sin una sola firma. Si acaso un desconocido Frente Universitario UAS Libre, pero nadie que diese la cara, quizá porque no hay legitimidad dentro de la institución, o porque se saben en riesgo de ser cercenados si se les identifica. Eso sí: tienen dinero, instrumentos y capacidad de movilidad ¿de dónde viene todo esto? Es fácil imaginarlo.
El gobernador había mantenido la tranquilidad en las relaciones con la UAS, muy probablemente con la esperanza de convencer al rector Jesús Madueña Molina de que se allanara a los cambios, que abandonara la tutela de Héctor Melesio Cuén Ojeda. No lo logró. Madueña por el contrario, advirtió que combatirán legalmente la reforma reciente del Congreso y llegó a advertir sobre una posible movilización del estudiantado.
Los sinaloenses vamos a tener jaleo y probablemente de largo aliento.
AMLO: NO SOMOS IGUALES
El país sigue sacudido con la muerte de cinco jóvenes asesinados por elementos del ejército en Nuevo Laredo, Tamaulipas. Al momento se sabe que cuatro de esos elementos están bajo proceso “por desobedecer la orden de no disparar”.
El presidente dijo que se va a sancionar a quienes actuaron mal, porque ya no son los tiempos de antes, “no somos iguales”. Sin embargo, aunque se avance en las investigaciones y haya los castigos debidos y necesarios, hay algo en que sí reaccionaron igual que los de antes: pretendieron minimizar el doloroso hecho criminalizando a las víctimas. Primero fueron filtraciones a los medios afines y luego fue el propio presidente, quien en la Mañanera dijo que no deben pasar esas cosas, “aunque se tratara de sicarios”, lo que por supuesto, no tienen posibilidades de comprobar.
COSAS DE LA EDAD
Hay cosas que uno no puede evitar: cuando se ven declaraciones como las de Cuén, diciendo que se arrepiente de haber ayudado a Rocha porque es un malagradecido; declaraciones como las de Rocha: el malagradecido es el PAS, porque le dimos ocho diputaciones locales y tres presidencias municipales, inevitablemente se vienen símiles de tiempos pasados.
En la lejana década de los sesenta, Mike Laure y sus cometas triunfaron con una pegajosa tonada: “lo que pasa es que la banda está borracha, está borracha”; poco después consiguieron extender la zaga de éxitos con otra canción parecida “Los borrachos son ustedes, ustedes”.

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